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Una reunión del Consejo Municipal de Palm Beach trató este martes en audiencia pública si Donald Trump tiene derecho a residir en su club Mar-a-Lago, aunque la decisión definitiva no será tomada hasta abril.
En la audiencia, que se celebró por Zoom y solo tenía propósito informativo, expusieron sus opiniones John "Skip" Randolph, abogado de la ciudad; John Marion, en representación de Trump; Reginald G. Stambaugh, abogado que representa a un grupo de vecinos de Mar-A-Lago, y Philip Johnston, que representa a un grupo dedicado a preservar la "calidad de vida" de esa ciudad, en la que residen gran cantidad de ricos y famosos.
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Mientras Randolph y Marion defendieron que Trump tiene derecho a vivir en su club, los otros dos lo cuestionaron.
"No hay ninguna prohibición sobre que el propietario use la suite del propietario", dijo Marion según reseñan medios estadounidenses. El abogado añadió que Trump “es como el alcalde de Mar-a-Lago”, alegó que es el dueño de la propiedad y que la disfruta como su casa.
El abogado de Trump enumeró, además, las funciones que el expresidente realiza mientras vive y trabaja en el club, diciendo que "evalúa el desempeño de los empleados" y asiste a "eventos que se llevan a cabo en el club y da la bienvenida o agradece a los asistentes".
Roger Stambaugh, abogado de uno de los vecinos de Trump y el primero en instar a la ciudad a examinar el tema para que puedan volver a una "vida pacífica", dijo que sus clientes instan al Consejo Municipal a respetar el acuerdo de uso creado con Mar-a-Lago en 1993.
Resulta que Trump compró la antigua propiedad de Marjorie Merriweather Post en 1985 y la convirtió en un club exclusivo para miembros en 1993. Sin embargo, para transformar la residencia privada en un negocio generador de ingresos, tuvo que aceptar ciertas limitaciones.
Ese acuerdo estipulaba que los socios no podían vivir en el club más de 21 días al año, y no consecutivos, acuerdo que, según dijeron, Trump ha violado durante décadas.
El abogado Philip Johnston, representante de un grupo de residentes de la isla de Palm Beach dijo por su parte que están preocupados porque creen que Mar-a-Lago podría convertirse “en un faro permanente para sus seguidores más rabiosos y sin ley".
Johnston le pidió al consejo que aplazara la decisión sobre si Trump es un empleado genuino del Club para dar a todas las partes la oportunidad de preparar una respuesta legal.
Donald Trump, su esposa, Melania, y el hijo de ambos, Barron, establecieron su domicilio legal en Mar-a-Lago a finales de 2019, cuando todavía era presidente, y desde el 20 de enero de 2021, día en que Joe Biden asumió la Presidencia, residen permanentemente en la mansión.
Desde que en diciembre se supo que los Trump iban a trasladarse desde la Casa Blanca a Mar-a-Lago empezaron a surgir planteamientos en contra por parte de algunos vecinos de Palm Beach.
El abogado Stambaugh, en nombre de un vecino de Mar-a-Lago cuya identidad se desconoce, planteó formalmente al Consejo Municipal que Trump perdió su derecho a residir de forma permanente en la propiedad cuando en 1993 llegó a un acuerdo con las autoridades para convertirla en un club privado.
A raíz del planteamiento de Stambaugh y otros similares, la alcaldesa, Gail Coniglio, consultó con el abogado de la ciudad y este elaboró un memorando en el que se considera que no existe impedimento legal para que vivan en el club los "empleados de buena fe", categoría en la que se incluye el propietario, Donald Trump.
El debate sobre el derecho de Donald Trump de vivir o no en Mar-a-Lago tuvo lugar el día en que comenzó en el Senado en Washington el segundo juicio político al ahora expresidente, esta vez por el asalto al Capitolio por parte de sus partidarios.
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