Un nuevo segmento propagandístico del Noticiero Nacional de Televisión acusó a los artistas cubanos, organizados en el movimiento 27N, de intentar acciones subversivas en la isla con financiamiento del gobierno norteamericano.
El programa oficialista calificó de actividad "conspirativa" la simple división en grupos de trabajo de la plataforma civil de los artistas, y utilizó copias de mensajes privados en la plataforma de mensajería privada Whatsapp, supuestamente filtrados por integrantes del grupo, para presentar su estructura como parte de un plan maquiavélico de subversión.
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El locutor del segmento, Humberto López, intentó presentar al grupo dividido entre artistas "inocentes", "que han comenzado a dudar", y quienes tienen un papel protagónico y fomentan "acciones ilegales en busca de la desestabilización" con ayuda de los fondos otorgados por instituciones de EE.UU.
Entre estos últimos señaló a la "artivista" Tania Bruguera y a la reportera independiente Luz Escobar.
Entre las propuestas "subversivas" mencionadas, el noticiero citó una del artista cubano Hamlet Lavastida, de marcar los billetes nacionales de alta denominación con imágenes o símbolos alusivos al Movimiento San Isidro o al 27N, lo que los dejarían invalidados para su circulación, según las normativas del Banco Nacional de Cuba.
La iniciativa es muy parecida a acciones emprendidas en la década de los 80 por grupos disidentes en Europa del Este, que convirtieron el papel moneda estatal en un medio de expresión de sus ideas.
El noticiero también cuestionó la seriedad de una lista de firmantes que exigieron la semana pasada a la Asamblea Nacional la renuncia del Ministro de Cultura Alpidio Alonso Grau, luego que éste y otros funcionarios protagonizaran una agresión contra los artistas que habían acudido a la sede del MINCULT a exigir el diálogo y el cese de la represión policial.
La iniciativa comenzó como una campaña en la plataforma Change.org (censurada en Cuba) y acabó como una carta al llamado "Parlamento cubano".
Entre los supuestos signatarios de la carta, que circuló ampliamente en internet, se encuentran nombres como Ggv, TwDlionx, NA y Donald Trump.
El tono del programa difamatorio contra la plataforma insistió en criminalizar la actividad ciudadana del 27N, y en presentar al Estado cubano como la única entidad legítima para representar la voz e inquietudes de los intelectuales cubanos.
En ningún momento del programa se hizo alusión a la agresión, el acoso constante o los diversos actos represivos de los últimos meses, que han convertido el disenso de los artistas en un caso policial.
En las últimas semanas, la Seguridad del Estado cubana ha interrogado y amenazado a varios de los activistas del 27N y el 27E. Entre ellos, la historiadora del arte Carolina Barrero, una de las personas que entregó la petición en renuncia de Alonso en la Asamblea Nacional,a quien le sugirieron que regresara a España, donde reside.
Los medios oficialistas, por su parte, han lanzado una campaña que parece preparar el terreno para nuevos actos represivos.
La respuesta de la comunidad artística ha sido, casi mayoritariamente, crítica con los intentos de asesinar la reputación de los activistas. El cineasta Fernando Pérez, la catedrática de arte Llilian Llanes o el crítico de cine Joel del Río han sido algunas de las figuras que han criticado abiertamente en las redes sociales la represión y cuestionado la campaña difamatoria del gobierno.
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