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Familiares de Denis Solís, el rapero contestatario cuya detención provocó los sucesos de San Isidro y la protesta del 27 de noviembre en La Habana, manifiestan su preocupación por que no han tenido noticias suyas desde hace días.
Vladimir Lázaro González, tío del también activista y miembro del Movimiento San Isidro, dijo que mantuvo comunicación regular con su sobrino hasta el pasado 28 de enero, en que dejó de llamarlo.
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Según relató a Martí Noticias, Solís estuvo llamando por teléfono diariamente de lunes a sábados desde la prisión Combinado del Este, en La Habana, pero de súbito dejó de hacerlo.
“Estamos preocupados con eso. No sabemos nada, si lo trasladaron, si fue una represalia, si le cayeron a golpes”, señaló.
González teme que las autoridades puedan haber tomador represalias contra su sobrino después de que este hiciera una llamada al rapero Maykel “Osorbo” Castillo, también integrante del Movimiento San Isidro.
El mismo 28 de enero, coincidiendo con el aniversario 168 del natalicio de José Martí, Osorbo realizaría un concierto online con el propósito de reunir fondos para contribuir a la liberación de Solís, quien fue detenido el 9 de noviembre por un presunto delito de “desacato”.
A Solís lo arrestaron luego de trasmitir vía Facebook una directa donde le exigía a un oficial de la policía que abandonara su vivienda, a la que había irrumpido sin portar autorización alguna.
Días después, el Tribunal Municipal de La Habana Vieja condenó al activista y músico, de 31 años, a ocho meses de privación de libertad. Tras pasar por varios centros penitenciarios, fue enviado a la prisión Combinado del Este, una instalación de máxima seguridad que usualmente recibe a los acusados de delitos graves.
Su tío informó que lo mantienen encerrado en el Destacamento 4 del Combinado, rodeado de prisioneros que justamente cometieron crímenes severos. Semanas atrás, antes de que la incertidumbre cayera sobre él, González aseguraba que su sobrino se encontraba más fuerte que nunca.
“Denis está bien, más fuerte que nunca y manda saludos y muchas gracias a todos los que se preocupan por él y no se cansan de reclamar”, dijo en una directa desde el Parque del Cristo en La Habana Vieja.
La detención de Solís fue la chispa que provocó varios sucesos en La Habana, como la huelga de hambre en la sede del Movimiento San Isidro, que terminó con un operativo de la policía política justificado por una supuesta violación del protocolo sanitario cometida por el periodista y escritor Carlos Manuel Álvarez, que había viajado desde Miami para unirse a los manifestantes.
No fue hasta diciembre que Solís pudo hablar con su familia, después de pasar un mes incomunicado. El joven solicitó incluso que se le permita asistencia religiosa dentro de la prisión.
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