El crítico de cine cubano Gustavo Arcos publicó un contundente mensaje en redes sociales este martes, refiriéndose al discurso gubernamental que a cada momento sostiene la tesis de un “Golpe Blando” en el país, difundida por medios oficialistas.
“Sigan hablando del Golpe Blando y de conspiraciones foráneas, que el Golpe Duro lo tenemos aquí, desde el 1 de enero”, escribió Arcos en Facebook, aludiendo a las medidas administrativas impuestas en la isla desde el comienzo del año, que implican un aumento significativo de los costos de bienes y servicios básicos.
“Mientras más energía y tiempo gasten en culpar a los otros de los males del país y en ver la paja en el ojo ajeno, más ciegos e incapaces serán para resolver los verdaderos problemas internos”, agregó.
La publicacion ha recibido varios comentarios. “Y deja que llegue julio y agosto... vacaciones, niños en la casa, consumo de luz por el calor, las guaguas para la playa perdidas, los precios de todo por los cielos...maleconazo vol.2???”, dice uno de ellos.
“La intención de algún grupo elevada al rango de conspiración de todos los que nos atrevemos a denunciar y a proponer. Como si, duro o blando, un golpe aquí fuera posible. Como si no hubieran creado las condiciones para que algo así no se produzca. Cortinas de humo y unos medios que no cesan de hacer el ridículo, sin que los muchos afectados tengan derecho de réplica”, apunta otro usuario.
El discurso oficialista en Cuba habla de un Golpe Blando y una “articulación contrarrevolucionaria”, particularmente luego del alcance de las protestas del Movimiento San Isidro por la liberación del rapero Denis Solís, así como la manifestación del 27 de noviembre frente a la sede del Ministerio de Cultura en La Habana.
Según argumentan los voceros del régimen, tales acciones son todas financiadas por organizaciones estadounidenses al servicio de la administración Trump con el propósito de desestabilizar a Cuba.
Entretanto, el gobierno emprende una especie de reforma económica a la que llamó “tarea ordenamiento”, cuyo resultado, al menos en un primer momento, es una amplia inconformidad de la población.
El proceso supone la eliminación gradual de la dualidad monetaria con la salida de circulación del peso convertible CUC, también redujo los subsidios del estado socialista y disparó los precios de la mayoría de los productos y los servicios en Cuba, si bien trajo consigo un aumento salarial, que muchos consideran insuficiente respecto de los aumentos de costos y la presumible inflación que estos traerían.
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