La inconformidad y las quejas de los cubanos con los altos precios de la unificación monetaria desde el 1 de enero no han cesado en los últimos días.
Un video compartido por la televisora oficial Tele Turquino de la ciudad de Santiago de Cuba muestra a la población local opinando sobre los costos de la vida en Cuba tras finalizar el año.
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Varias madres jóvenes se quejaron de los altos precios. Una de ellas dijo que el estado sólo había anunciado subir los precios de la “canasta básica”, pero que había dicho nada de una subida de precios general que ha encarecido productos indispensables para la merienda de un niño, considera la madre, como yogurt, helado o galletas.
El gobierno cubano llama “ordenamiento monetario” al proceso en marcha que además de eliminar el antiguo CUC, también redujo los subsidios del estado socialista y disparó los precios de la mayoría de los productos y los servicios en Cuba.
“Realmente tienen que considerar hasta dónde van a llegar esos precios, porque se van de la medida de lo que pueda ganar un trabajador en realidad. (...) Mil pesos no va alcanzar”, expresó la joven.
Otra joven madre aseguró que es imposible comprar productos como confituras o galletas para su niño de 3 años, a no ser que compre el dólar caro y pueda acceder a una de las tiendas en dólares que el gobierno cubano ha diseñado para hacerse con la divisa del país ante la crisis económica. Sin embargo, “no todo el mundo tiene una tarjeta” en dólares, agregó.
Con respecto al transporte, los santiagueros se quejaron del aumento de precio por parte del estado, aún cuando el precio del combustible no había subido.
Un joven afirmó que el pasaje en guagua de Santiago a San Luis está costando 8 pesos y los particulares están cobrando de 10 a 15 pesos, mientras que una señora destacó que le habían cobrado 10 pesos por el mismo tramo en un pisicorre que antes costaba 5 pesos, lo que resulta demasiado para un trabajador.
En La Habana, un reportaje de video del medio independiente Cubanet recogió las opiniones de los habaneros, quienes fueron más contundentes en su respuesta con respecto a las nuevas medidas económicas.
Un anciano pensionado afirmó tajantemente no estar de acuerdo con los nuevos y elevados precios, agregó que no entiende por qué las guaguas las subieron a dos pesos cuando podrían costar un peso, y cuestionó el precio del pan a un peso. Confundido con un reportaje para la televisión oficial, el señor mayor le reprochó a la entrevistadora que no iba a poner en el video sus opiniones, porque "ustedes no ponen nunca lo que dice el pueblo".
La esposa del anciano jubilado es ama de casa y se quejó de que, debido a varios padecimientos, solo algunas de sus medicinas cuestan 70 pesos.
Una joven, también ama de casa y madre de dos hijos aseguró que la comida estaba muy cara y que los salarios recientemente aumentados no coinciden con los precios de la vida actual. La joven añadió que entre los precios más caros se encontraban el del gas, la luz, la carne, y que ella sobrevivivía gracias a los negocios en el mercado negro o a las remeseas familiares.
Otra anciano se quejó de no poder comprarse un par de zapatos con su salario, y dijo que los nuevos salarios son proporcionales al costo aumentado de los productos, por que tienen el mismo efecto de los salarios anteriores, que no alcanzaban.
Varios jóvenes habaneros se mostraron sin esperanza y sin confianza en ninguna de las medidas, y uno de ellos subrayó que “esto aquí no sirve”, refiriéndose al país.
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