El equipo de planificación de la toma de posesión de Joe Biden comenzó a reevaluar la seguridad de la ceremonia, luego de las brechas que dejaron el pasado miércoles los sucesos del asalto al Capitolio.
Después de haber reducido los planes de inauguración debido a la crisis que vive el país por la pandemia del coronavirus, el nuevo reto ha supuesto que los encargados se dirijan a los funcionarios responsables para hacer cambios en el protocolo de seguridad.
Sin embargo, hasta el momento no han recibido ningún indicio de que los máximos encargados de la ceremonia vayan a hacer un cambio completo en la seguridad del evento.
“El escandaloso ataque al Capitolio no nos impedirá afirmar a los estadounidenses – y el mundo – que nuestra democracia perdura” , puntualizaron los senadores Roy Blunt y Amy Klobuchar, al referirse al hecho de que aunque se hicieran modificaciones, estaba planeada la celebración de la ceremonia y eso “no cambiaría”.
"La gran tradición estadounidense de una ceremonia inaugural ha ocurrido en tiempos de paz, en tiempos de agitación, en tiempos de prosperidad y en tiempos de adversidad", agregaron los legisladores estadounidenses.
Para poder llevar esto a cabo sin incidentes, los funcionarios a cargo de la transición han declarado que mantener el orden en la vía pública será la prioridad, y que habrán dispositivos de seguridad que no existían el miércoles pasado.
Alrededor de 6.200 miembros de la Guardia Nacional de seis estados (Virginia, Pensilvania, Nueva York, Nueva Jersey, Delaware y Maryland) estarán desplegados en la ciudad trabajando codo a codo con la Policía Metropolitana, FBI y Servicio Secreto para garantizar el orden.
Esto ya supera en más de 5.800 la cantidad de 350 soldados de esa fuerza desplegados en DC en el momento que se preveía el rally pro-Trump, aprobados a regañadientes por el Pentágono el lunes 6 de enero.
También se ha levantado un perímetro alrededor del Capitolio con cercas diseñadas para que sean imposibles de escalar, siguiendo el protocolo realizado en otros lugares del país que han tenido que enfrentar largos períodos de manifestaciones como la Casa Blanca.
La toma de posesión de Joe Biden y Kamala Harris tendrá lugar el día 20 de enero en el lado oeste del Capitolio, el mismo por donde la turba rebasó a los policías y se introdujo dentro del recinto que alberga a los órganos legislativos norteamericanos.
Los enfrentamientos entre los asaltantes y la policía arrojan hasta el momento cinco muertos, tras informarse el fallecimiento de un oficial de policía..
La primera víctima reportada fue Ashli Babbit, la mujer que recibió un disparo de un agente de seguridad mientras se manifestaba frente a una de las puertas que daba acceso a las oficinas del lugar.
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