Un operativo policial contra vendedores ambulantes efectuado en el reparto Junco Sur, en el municipio de Cienfuegos, concluyó con la detención de dos cuentapropistas, la imposición de varias multas y el decomiso de sus productos.
Según un reportaje transmitido en la televisión, los oficiales del Ministerio del Interior (MININT) detectaron a dos personas con sus carnés de trabajadores por cuenta propia, cuando comercializaban cebolla a un precio diferente al estipulado por el Gobierno.
Aunque los detenidos afirmaron que estaban vendiendo la pata de cebolla a 40 pesos, los propios vecinos del lugar aseguraron que en realidad la ofrecían a 250 pesos.
"¿A 40 pesos? Ojalá y la tuviéramos a ese precio", dijo una mujer entrevistada.
Fueron también los residentes en el área quienes alertaron a la Policía de otros dos individuos que estaban ofertando el mismo producto a 12 CUC. Tras notar la presencia de los agentes trataron de esconderse en un edificio, pero fueron encontrados.
A los dos se les aplicó una multa de 2000 pesos, según el Decreto 357.
En todos los casos, la cebolla les fue decomisada y vendida a los habitantes del lugar en el precio fijado por las autoridades.
El operativo llegó al mercado agropecuario estatal de la localidad, donde se descubrieron grandes cantidades de alimentos en conserva vencidos y en mal estado. La administradora del local, que no fue identificada, explicó que las pérdidas económicas por dicha mercancía echada a perder superaban los 26 mil pesos.
"Eso va en contra de todo, por eso no no puedo darle un destino final, porque para darle un destino a eso, tiene que firmarlo todo el grupo", alegó.
La prensa oficialista suele difundir este tipo de acciones policiales contra los que incumplen la política de precios estatal, a quienes el Gobierno culpa del desabastecimiento general en tiendas y mercados.
En octubre varios agentes de la ley obligaron a un carretillero de La Habana a vender sus productos al precio topado. Según mostró en Facebook el fotógrafo Iván Soca Pascual, el hombre "tuvo que vender la carretilla completa a los precios pautados y no a los que a él le da la gana".
En medio de una prolongada escasez de alimentos y una escasa producción nacional, las autoridades han respondido topando el precio de los artículos, una medida calificada de "prudente" y "necesaria" por el semanario Tribuna de La Habana.
Las limitaciones a los precios afectan a los pequeños emprendedores, a las cooperativas no agropecuarias y a los carretilleros, a quienes se les prohíbe vender sus por encima de estos valores.
Esta práctica la viene aplicando el régimen desde 2019, cuando los precios de muchos productos básicos, cuyas producciones no satisfacen la demanda, comenzaron a subir.
Aquellos emprendedores que violan las leyes del Gobierno son severamente sancionados.
Hasta noviembre de este año, se habían impuesto casi 892 multas al mes y retirado 500 licencias a emprendedores privados para seguir con su negocio de venta al público. Todos fueron acusados de no exhibir los precios en las pizarras o no respetar los topes marcados por el oficialismo.
No obstante, funcionarios admiten que existe un grave desabastecimiento general. En La Habana, los mercados solo reciben entre 100 y 120 toneladas de productos de las 400 toneladas que requiere mensualmente.
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