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La Embajada de Estados Unidos en La Habana negó la visa al abogado y periodista independiente Roberto de Jesús Quiñones, quien estuvo preso durante un año por los supuestos delitos de “resistencia y desobediencia”.
Una nota de CubaNet este lunes refiere que Quiñones contaba ya con los pasajes correspondientes, pues pretendía viajar al país norteamericano para recibir la Medalla de la Libertad “Calixto García”, otorgada por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba.
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La propia institución se había ocupado de invitar a Quiñones y a su esposa, sin embargo, la funcionaria consular que los atendió en La Habana les entregó un escrito denegatorio. “Usted no fue capaz de demostrar que el propósito de su viaje a Estados Unidos es consistente con la clasificación de la visa de no inmigrante que usted solicitó”, indica el texto.
“¿Cómo pueden afirmar que no he demostrado que mis planes se adecuen a la visa de no inmigrante que he solicitado?”, lamentó el periodista.
CubaNet apunta como posible motivo de la negación, el hecho de que Quiñones iniciara en 2001 gestiones para obtener una visa a través de la Sección de Refugiados de la misma sede diplomática.
Sobre la posibilidad de emigrar a Estados Unidos, el periodista aseguró: “Ha pasado mucho tiempo; ya soy un sexagenario”, y recalcó luego: “Quien ha cumplido 63 años no tiene una edad adecuada para comenzar una nueva vida”.
También habló sobre su temor a que los represores del régimen no consintieran que viajase siquiera hasta La Habana, desde Guantánamo, donde reside. “Sufrí un gran estrés; pensé que podrían no permitirme salir de Guantánamo; y temí que en el aeropuerto de Santiago de Cuba nos impedirían abordar el vuelo a La Habana. No habría sido la primera vez”, dijo.
Más adelante, Quiñones recordó el respaldo que había recibido tras su liberación. “Lo que más me ha impactado es el tremendo apoyo que muchos compatriotas, tanto de la isla como del exilio, al igual que muchos extranjeros amigos de la libertad de Cuba, me mostraron durante mi última prisión. Solo al salir en libertad pude percatarme plenamente de la magnitud de ese respaldo. ¡No puedo defraudarlos!”, afirmó.
“En varias ocasiones, los 'segurosos' me ofrecieron ponerme en libertad si dejaba de escribir para CubaNet; ¡pero por supuesto que yo no podía aceptar semejante chantaje!”, dijo.
“Dudo mucho que, en vista del tremendo apoyo que me brindaron Amnistía Internacional, la SIP, Estados Unidos y otros países libres, la misma CubaNet y otros órganos de prensa, el régimen se atreva a encarcelarme de nuevo”, expresó.
Asimismo, Quiñones expuso que había recuperado sus esperanzas con las protestas del Movimiento San Isidro y sus repercusiones. “¡Ahora yo no emigraría ni loco!”, aseveró.
El periodista fue arrestado cuando cubría el juicio del matrimonio de pastores evangélicos, Ramón Rigal y Ayda Expósito, quienes fueron juzgados por educar a sus hijos en casa, al margen del sistema educativo del gobierno. Las autoridades argumentaron que Quiñones se resistió a la detención y propusieron la pena de un año de cárcel.
Tras su salida del centro penitenciario donde estuvo recluido, el abogado y periodista mostraba un notable deterioro físico, evidenciado en una gran pérdida de peso corporal. Él mismo había relatado las condiciones en que lo mantenían en la cárcel.
El periodista cubano José Raúl Gallego comparó ese deterioro con el buen estado en que regresaron a la Isla los cinco espías cubanos que cumplieron prisión en Estados Unidos.
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