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Siete horas de cola para control de equipaje en el Aeropuerto José Martí de La Habana

El viajero afectado comenta que nadie protestaba por temor a que las autoridades aduanales les quitaran parte del equipaje

Grupo de viajeros en espera de que les pesen el equipaje en el Aeropuerto de La Habana, este lunes © Cortesía para CiberCuba
Grupo de viajeros en espera de que les pesen el equipaje en el Aeropuerto de La Habana, este lunes Foto © Cortesía para CiberCuba

Este artículo es de hace 3 años

Un cubano que este lunes viajó a La Habana desde el aeropuerto de Fort Lauderdale, en Florida, denunció que estuvo siete horas en la Terminal 3 del Aeropuerto Internacional “José Martí” en una cola de más de 300 viajeros que tenían que pesar su equipaje.

“No tengo palabras para describir el caos reinante en el Aeropuerto Internacional de La Habana el 21 de diciembre”, dijo en declaraciones a CiberCuba el pasajero, quien explicó que la primera parte del viaje transcurrió de forma satisfactoria; arribó a la terminal de origen sobre las 9 am y facturó sus maletas sin problema alguno.

“Mi vuelo con JetBlue llegó a tiempo, el checking en el aeropuerto de FLL fue excelente, no tomó más de 15 minutos, todo perfecto y en tiempo”, dice sobre el vuelo, que llegó sobre las 1:30 pm a La Habana. Sin embargo, ahí empezaron los problemas.

“Al aterrizar en La Habana comenzó la odisea surrealista”, comenta el viajero, que subraya que tardaron más de media hora para bajar del avión porque no había escalerilla, hasta que al fin apareció una “en estado precario”.

Acto seguido hicieron una primera cola para que les tomaran la muestra para el análisis de PCR y el chequeo de inmigración, trámites que indica que fueron relativamente rápidos en relación con lo que vino después, que califica como “el peor de los horrores”.

Al llegar a la zona de la recogida de equipajes, pasajeros de varios vuelos estaban amontonados sobre las esteras a la caza de sus maletas, “sin carretillas porque no había suficientes disponibles, cola para las carretillas, un infierno, maletas por donde quiera, no se podía ni caminar”, reseña.

Una vez que encontró sus maletas y pudo conseguir un carrito para transportar el equipaje, empezó la otra parte del infierno: la cola para pesar el equipaje.

“Todos los que aquí estamos, traemos equipajes llenos de medicamentos y productos de primera necesidad, para palear la miseria reinante en Cuba”, aclaró, y se quejó de que en medio de tantas horas de espera en esa zona del aeropuerto no vendan ni agua.

“Los funcionarios del aeropuerto y de la aduana pasaban de un lado a otro, sin hacer algo por agilizar la situación, a nadie le importaba, el servicio VIP también colapsado, cobran $25 por pax, pero igual tienen que pasar el equipaje por las pesas, por la misma cola, la única diferencia es que allí puedes esperar en mejores condiciones y hay agua y ofertas para comer”, añade.

“Pues así es el maltrato a la llegada, y además hay pagar, pues toda esta agonía no es gratis”, comenta, e indica que al momento de pasar por la pesa los más afortunados, como él, no tenían marcado el equipaje para revisar, pues los que tenía una marca iban para una mesa a que les registraran el equipaje.

Grupo de personas a la espera de que les pesen y revisen el equipaje (Foto: Cortesía para CiberCuba)

No obstante, según comenta, nadie protestó por temor a que las autoridades aduanales les quitaran parte del contenido de las maletas.

Por último, la cola para pagar en una única caja que estaba funcionando, lo que supuso una hora más de cola.

“Conclusión: desde la 1:30 pm hasta las 8:30 pm para pasar la aduana, en mi caso con solo dos maletas”, afirma el viajero, quien indica que en medio de su desesperación se quejó a una funcionaria de Aduana, que de mala gana le contestó: “es que llegaron siete vuelos juntos, ¿qué usted quiere?, no podemos hacer otra cosa”.

Como es de suponer, en medio de tantas colas y espera no se respetó el distanciamiento social estipulado para evitar los contagios de coronavirus. “A todo esto se le puede agregar la falta de higiene, ni un solo dispensador de gel para manos, baños defectuosos y mal limpiados. Créanme que si uno solo de esos pasajeros tenía COVID-9, serán muchos los infectados”, comentó al respecto.

“Si me llego a imaginar esto vengo con una sola maleta, esto es indescriptible”, concluyó.

A mediados de noviembre -coincidiendo con la reapertura del Aeropuerto de La Habana- la Aduana General de la República de Cuba anunció que dejaba de tener efecto en todos los aeropuertos del país la limitación temporal de dos piezas de equipaje acompañante de 32 kilos, y que se regresaba a la regulación anterior, consistente en la posibilidad de importar hasta 125 kg, 30 de ellos libres de costo.

La primera limitación de equipaje había sido decretada el 25 de marzo, cuando una nota de la Empresa Cubana de Navegación Aérea advirtió de que sólo se autorizaría una maleta de 32 kilos, más el equipaje de mano. El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, indicó que esa decisión se adoptó "con el objetivo de agilizar los movimientos en los aeropuertos".

Unos meses después, en octubre, el Gobierno cubano amplió a dos maletas de hasta 32 kilogramos cada una el equipaje que los pasajeros podían llevar en la bodega de los aviones que viajaran a la Isla, de cara a la reapertura del espacio aéreo que se produjo el 15 de ese mes.

La severa escasez y desabastecimiento en Cuba, unidos a la cantidad de meses en que solo estuvieron permitidos unos pocos vuelos humanitarios por la pandemia de coronavirus, han propiciado que tras la reapertura de los vuelos regulares los viajeros intenten aprovechar al máximo la carga permitida.

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