El Gobierno de Cuba intenta aliviar la crisis del transporte en el país mediante la recuperación de ómnibus ya desechados a los que se les colocan ruedas de tren, para que puedan circular por las vías ferroviarias.
En Santiago de Cuba, viejas guaguas marca Diana están siendo modificadas para que se desplacen por las líneas ferroviarias de los municipios de San Luis y Palma Soriano, y ayuden así en la transportación de los habitantes de las zonas rurales.
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Según mostró un reportaje de la televisión local, los ómnibus que ya no pueden prestar servicio en las calles y carreteras serán convertidos en las conocidas carahatas, como se les denomina en la Isla a un tipo de pequeño coche motor que va por las vías del tren.
“Estas carahatas van a cubrir las rutas de los ríos de Oriente, van a beneficiar mucho a la población que hace años se encuentra sin servicio”, dijo un dirigente que no fue identificado.
“Palma ha sido el municipio que ha llevado adelante estas obras, porque tenemos más de 15 mil personas que viven en zonas cañeras”, agregó otro entrevistado.
Los ómnibus Diana, de producción nacional, fueron diseñados para dar servicio en zonas interurbanas. Poseen una capacidad de 28 pasajeros sentados y 15 de pie, una sola puerta, y por sus dimensiones se concibieron para el tránsito por vías estrechas.
A partir de su inclusión en el proyecto de ferrobús, este mantendrá la carrocería, el motor y la caja de velocidades de estas guaguas, a las que se les incorporan las ruedas ferroviarias y otras adaptaciones.
Pese a que la periodista de la televisión calificó el programa de reconversión de estos autobuses como una “misión sorprendente”, en provincias como Villa Clara se emplean las carahatas desde hace décadas.
En 2014, un artículo del diario Granma anunciaba acciones para su reinserción en los entornos rurales de Las Tunas, como forma de paliar las necesidades de transportación en zonas intrincadas donde ya existía la infraestructura vial.
Pese a ser el segundo municipio en importancia de Santiago de Cuba, Palma Soriano tiene un severo déficit de transporte. Residentes del lugar confesaron a CiberCuba en mayo del año pasado que allí hay muy pocos carros, bicicletas y motos. Las personas que viajan con frecuencia por cuestiones de trabajo al municipio cabecera tienen que acudir a los camiones, que ya en aquel entonces costaban 20 pesos.
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