El activista cubano Osmel Adrián Rubio Santos salió a la calle este martes, luego de varios días bajo al acoso permanente de la Seguridad del Estado, que lo ha tenido sometido a privación ilegal de su libertad dentro de su propia casa.
El joven de apenas 18 años lleva más de dos semanas vigilado constantemente por agentes de la Policía política, quienes le han prohibido salir de su vivienda, ubicada en el Cotorro, municipio de La Habana.
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Este martes decidió que era suficiente ese encierro injusto y dejó su domicilio solo para comprar el pan. Sin embargo, ni siquiera esta simple acción pudo realizar. Inmediatamente los sicarios del régimen se lanzaron sobre él, lo esposaron y lo metieron en una patrulla.
Un video publicado en el muro de Facebook del periodista residente en Estados Unidos Yariel Valdés González muestra el momento de la detención. El material fue grabado por la madre de Adrián, quien no se dejó amedrentar por un agente que le ordenaba que parase de filmar.
“Yo no lo voy a borrar (el video), yo tengo que tener una constancia de que se llevan a mi hijo porque iba a la panadería a buscar el pan, mira cómo lo esposaron y se lo llevan”, se escucha decir a la mujer.
Adrián Rubio Santos, quien es objetor de conciencia del Servicio Militar, es el más joven de los huelguistas del Movimiento San Isidro, y junto con sus compañeros fue violentamente desalojado de la sede del grupo el pasado 26 de noviembre.
Pese a su corta edad, ha asegurado que no tiene miedo y que continuará luchando por los derechos de todos los cubanos.
“Yo grité en Cuba y Chacón, el día 26 (de noviembre), después de haber sido desalojado del MSI, que si el precio de la libertad es la vida yo pagaba”, afirmó en su muro de Facebook.
La semana pasada denunció que un vecino, nieto de la presidenta del CDR de su cuadra, le lanzó piedras a su casa.
“Estoy siendo atacado en estos mismos instantes, después me llaman terrorista. Mis mismos vecinos atacándome, tirando piedras para mi casa. Por favor, den publicidad a este post”, pidió Adrián en su muro de Facebook.
Aunque al principio el activista creyó que únicamente le lanzaban piedras, al amanecer comprobó que le habían lanzado botellas de vidrio, sin tener en cuenta que además de él, en la morada se encontraban su madre y su hermana, una niña de diez años.
Días antes había sufrido un acto de repudio frente a su domicilio, un hecho que fue denunciado por la organización Prisoners Defenders.
"Adrian hoy estuvo sometido dentro de una patrulla herméticamente cerrada durante horas, bajo el sol, con las esposas muy apretadas, sin poder ir al baño. Le dijeron que mañana le quitarían el cerco policial pero que no podía salir del municipio", denunció poco después Cubalex en su perfil en Facebook.
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