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El activista cubano Osmel Adrián Rubio Santos, uno de los huelguistas en la sede del Movimiento San Isidro, denunció que su casa fue apedreada por un vecino, nieto de la presidenta del CDR, de su calle.
"Estoy siendo atacado en estos mismos instantes, después me llaman terrorista. Mis mismos vecinos atacándome, tirando piedras para mi casa. Por favor, den publicidad a este post", pidió Adrián en su perfil de Facebook y añadió que las piedras vienen desde otro vecino.
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"Las piedras vienen de casa de Lorenzo Caballero, nieto de la presidenta del CDR", indicó el joven huelguista y señaló que ha recibido amenazas de esta persona, le ha dicho que lo va a "destripar".
Adrián Rubio asegura que no tiene miedo y que piensa seguir luchando por la libertad de Cuba y por los derechos de los cubanos.
"Yo grité en Cuba y Chacón, el día 26 (de noviembre), después de haber sido desalojado del MSI, que si el precio de la libertad es la vida yo pagaba", rememoró Adrián en su post en Facebook.
Adrián fue víctima de un acto de repudio, la pasada semana, frente a su casa ubicada en el municipio Cotorro, en La Habana. El hecho fue denunciado en las redes sociales por la reportera de CiberCuba Iliana Hernández.
La activista Anamely Ramos también alzó su voz para denunciar el acoso contra Osmel Adrián Rubio Santos y Jorge Luis Arias. Ambos jóvenes estuvieron acuartelados durante varios días en la sede del Movimiento San Isidro.
El caso de acoso y represión contra Adrián, quien es objetor de conciencia del Servicio Militar y tiene apenas 18 años, también fueron denunciados por la organización Prisoners Defenders.
Este martes un grupo de personas, enviadas por el régimen cubano, hicieron un acto de repudio frente a la casa de la reportera de CiberCuba, Iliana Hernández.
Iliana también es una de las personas que estuvo acuartelada en la sede del Movimiento San Isidro, junto a los huelguistas. La reportera grabó el momento en que, con música y gritos, una caravana pasó por la calle y se detuvo frente a su domicilio en Cojímar para insultarla. Los participantes del mítin aseguraban que aquello era un acto de "reafirmación revolucionaria".
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