Familiares, amigos, artistas y cubanos en general se reunieron la tarde del domingo en Miami Beach para dar un emotivo último adiós a la querida y talentosa actriz cubana Broselianda Hernández.
En el mismo sitio donde la encontraron ahogada el pasado miércoles, se levantó un hermoso altar, con una foto suya y montones de rosas rojas enterradas en la arena, a las que se sumaron las decenas que ofrendaron los presentes.
Lo más leído hoy:
En la despedida no faltaron las canciones, declamaciones, el arte que siempre la rodeó y la llevó a la cúspide de la esfera cultural cubana.
La inesperada y aún inexplicable muerte de Broselianda, de 56 años, ha causado profunda tristeza y desconcierto en familiares, amigos, colegas y seguidores; una devastadora tragedia para la cultura cubana.
Broselianda era una bomba de alegría, con una voz imponente y un talento avasallador. Cargada de energía, de alas y de magia, logró instalarse en un sitial eterno en el corazón de todos los cubanos.
Un huracán sobre las tablas y un encanto hipnótico en la pantalla
Broselianda irrumpió pisando fuerte en el mundo teatral cubano a finales de la década de 1980. Desde el primer momento destacó por su expresividad arrolladora y la facilidad con la que se convertía en sus personajes.
Nació en agosto de 1964 en La Habana, fruto del amor entre el actor Rolen Hernández y la crítica, historiadora y profesora Rosa Ileana Boudet. En 1987, se graduó con honores del Instituto Superior de Arte. Ahí, tuvo la fortuna de ser estudiante de Vicente Revuelta, Isabel Moreno y Miriam Lezcano.
Su debut en las tablas fue con el teatro Buscón, dirigido por José Antonio Rodríguez; luego llevó su talento a El Público, de Carlos Díaz, donde se mantuvo hasta finales de los 90. En los últimos tiempos, participaba como actriz invitada en el grupo de teatro Buendía, de Flora Lauten.
Con Cuando el agua regresa a la tierra, de 1994, Broselianda llegó a todas las casas de Cuba, con tan solo 26 años. Y llegó para quedarse.
Inolvidable y memorable es también su papel secundario en la teleserie Doble Juego, dirigida por Rudy Mora en 2002. Ahí dio vida a la madre alcohólica de Isabel y protagonizó una de las escenas cumbre de la producción televisiva, en la que golpea despiadadamente a su hija.
La más desgarradora Leonor para el ojo de un canario
En la pantalla grande, Broselianda nadó como pez en el agua. Barrio Cuba, de Humberto Solás, le valió el premio del Festival de Cine de Providence.
Broselianda navegó por Cosas que dejé en La Habana, Las profecías de Amanda, Una rosa de Francia, Mata, que Dios perdona, La Anunciación. En Nada, de Juan Carlos Cremata, tuvo un breve papel, que fue "muy pequeño, apenas una pequeña escena que no la muestra como la actriz inmensa e intensa que era", en palabras del propio director.
A pesar de su cargado arsenal, su interpretación de Leonor Pérez, la madre de José Martí en El ojo del canario, orquestada por el consagrado director Fernando Pérez, destaca en el recuerdo de los millones de espectadores que la disfrutaron.
"No creo que Leonor haya sido una mujer sumisa, pero tampoco creo que haya sido la típica mujer de la época. Creo que en su vida tuvo varios encontronazos con Mariano…", dijo a propósito del estreno de la película.
Una partida llena de incógnitas
La muerte de Broselianda el 18 de noviembre pasado está aún bajo investigación por las autoridades de Miami. Los rumores y las teorías no han cesado. También están los que se niegan a creerlos y esperan ansiosos una explicación que haga más llevadera esta trágica y devastadora pérdida.
¿Qué sucedió con Broselianda Hernández entre la noche del martes y el amanecer del miércoles? Quizás nunca lo sabremos.
Archivado en: