Especialistas que trabajan en el proyecto multisectorial de reforma del muro del Malecón habanero han explicado, en un reportaje del Noticiero Estelar de la televisión cubana, en qué consisten las modificaciones y trabajos que se acometerán.
Conocida como Tarea Vida, la reforma pretende “minimizar las afectaciones por penetraciones del mar en la costa en el Malecón habanero y sus áreas adyacentes”, según explicó Rolando Calzada Cano, director de planeamiento y desarrollo hidráulico, del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH).
El proyecto multisectorial, según explica Calzada Cano, ha tenido muy en cuenta no afectar la imagen urbanística del malecón, que constituye “un icono de la ciudad de La Habana”. Sin embargo, con sus actuaciones se conseguirán “mitigar en buena medida las inundaciones costeras”.
Sin embargo, el proyecto ha despertado algunas dudas y temores en la ciudadanía, ante la posibilidad de que la reforma del muro de contención transforme el paisaje de la ciudad y la relación de sus habitantes con un muro al que los habaneros acuden casi como lugar de peregrinación.
Para disipar un poco estos temores, el Noticiero entrevistó a Dayquelín León Arias, directora técnica empresa de servicios ingenieros hidráulicos de Occidente, perteneciente al INHR. La experta aseguró que la altura del muro, con respecto al nivel de la acera y hasta su cota de coronación, alcanzará 1,25 metros de altura máxima. Con esta altura, la obra no afectaría la visibilidad y no alteraría la configuración actual ni el valor patrimonial del Malecón habanero.
El proyecto implica un grado de complejidad técnica considerable. Según Luis Córdova López, jefe del grupo de investigaciones costeras y marítimas de la CUJAE, actualmente el malecón presenta dos problemas fundamentales desde el punto de vista técnico.
El primero es el rebase del oleaje sobre el muro de contención, un problema que salta a la vista cada vez que el mar rompe con fuerza contra el muro del malecón. Para hacer frente a este problema, Córdova explicó que se colocarán segmentos rompeolas a 30 o 40 metros de la orilla que tendrán como finalidad atenuar los efectos del oleaje o la elevación del mar.
El segundo desafío está en el tema de las descargas de los drenajes pluviales “por los que entra agua durante los eventos extremos”. Según Córdova, se actuará en los 33 drenajes que existen actualmente con el objetivo de reducir de 1000 litros por segundo a 50 el caudal por metro lineal.
En anteriores declaraciones de Calzada Cano, el funcionario había asegurado que el proyecto cumplía con las regulaciones establecidas, tales como no alterar la imagen urbana, mantener las visuales hacia el mar y tratar de reducir la penetración del mar al menos hasta 50 litros por segundo por metro de muro.
Según el Noticiero de la televisión cubana, este proyecto “aportará más seguridad, fortaleza estructural y atractivos visuales a esta franja patrimonial con valores históricos y turísticos símbolos de la capital”. El primer segmento de actuación que se acometerá incluye lo que se conoce como el malecón tradicional de La Habana, desde La Punta hasta la calle Marina.
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