El Malecón habanero, emblema de la capital de todos los cubanos y una de las imágenes más recurrentes de la ciudad, está cada vez más cerca de sufrir evidentes reformas como parte de un polémico y ambicioso programa gubernamental que tiene como finalidad evitar las inundaciones en todo el litoral norte de La Habana.
En recientes declaraciones de Rolando Calzada Cano, director de Planeamiento Hidráulico del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), se supo que tras realizarse un proyecto de estudio a mediano o corto plazo se decidió elevar el muro del Malecón con una curvatura simple de cara al mar.
Esta es quizás una de las acciones que más polémica ha creado, ya que se habla elevar hasta metro y medio el muro en algunas zonas.
“Se hará en algunos tramos en dependencia de los estudios, porque el comportamiento de las mareas no es igual en todos lados. Hay algunos tramos del Malecón que de siempre han tenido una altura elevada. Los resultados confirman que se reducen alrededor de un 40 por ciento los efectos de la penetración del mar”, explicó Calzada Cano según un reporte de la revista oficialista Juventud Técnica.
También habrá puntas de lanza en la salida de los drenajes pluviales para mitigar la fuerza del mar y mejorar el funcionamiento de estos sistemas que a su vez protegerían la estructura.
Otra intervención que tendrá un alto impacto en la vista del Malecón habanero será la construcción y emplazamiento de varias estructuras de hormigón llamadas bermas a continuación de los arrecifes con el propósito de reducir el impacto de las olas, así como la colocación de rompeolas a unos 25 o 30 metros del litoral que tendrán como finalidad atenuar los efectos del oleaje o la elevación del mar.
El funcionario cubano aseguró que este proyecto cumple con las regulaciones establecidas, tales como no alterar la imagen urbana, mantener las visuales hacia el mar y tratar de lograr reducir la penetración del mar al menos hasta 50 litros por segundo por metro de muro.
Este año, como parte de las inversiones para llevar adelante el mencionado proyecto, tenia planificado aumentar el muro e instalar dos puntas de lanza, pero para ello es necesario usar barras de polímero reforzadas con fibra de vidrio que no pudieron importar y por tanto se quedan para el próximo año.
Hasta el momento solo han trabajado en las socavaciones que ha provocado el mar en las vías del Malecón, explicó el funcionario cubano.
El anuncio de la reforma no es nuevo, y desde que se dio a conocer desde el principio las opiniones han estado divididas, ya que algunos ciudadanos consideran que la transformación pudiera afectar la relación de los capitalinos y visitantes con el Malecón, mientras que otros confían en que se trataría de una solución inteligente para evitar las inundaciones que provocan los fenómenos naturales en el litoral norte de La Habana.
El fotógrafo cubano Gabriel Guerra Bianchini recreó a través del arte cómo sería el nuevo Malecón, con más de metro y medio en algunas zonas, y el modo en que las personas se relacionarían con él.
"Sería la maldita circunstancia de los muros por todas partes", escribió el fotógrafo en las redes sociales.
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