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La fábrica de almohadillas sanitarias Mathisa de Bayamo, en Granma, pretende aportar al “desarrollo de la provincia” mediante el aprovechamiento de sus desechos, como una nueva vía forma de generar ingresos.
Según explicó al semanario La Demajagua Luisa Alonso Rodríguez, directora de la entidad, la industria desarrolla un proyecto de investigación junto con la Universidad de la provincia, con el objetivo de encontrar un nuevo uso a sus desechos, que actualmente se venden para relleno de las industrias locales.
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“El desecho de corte es resultado del proceso productivo de almohadillas sanitarias, conocidas popularmente como íntimas. En el reciclado de este tenemos cifradas las esperanzas para incorporar nuevos productos a nuestra cartera, generar ingresos a nuestra empresa y desarrollar la provincia”, detalló.
La fábrica de Bayamo confecciona almohadillas sanitarias y otros productos como la gasa y el algodón, que se destinan al sistema de instituciones de la salud de la región oriental. Todos estos artículos dependen de materias primas importadas y debido a la falta de financiamiento del Gobierno su presencia escasea habitualmente tanto en farmacias como en hospitales de la Isla.
La Empresa de Materiales Higiénico Sanitarios Mathisa es la única que produce almohadillas sanitarias en el país, con apenas tres fábricas: una en la capital, que abastece a la zona, la segunda en Sancti Spíritus, para el centro, y la de Bayamo.
En ninguna de las tres regiones la industria es capaz de mantener un surtido de este producto, de primera necesidad para la población femenina.
En enero de este año se anunció que el Gobierno cubano gastaría cinco millones de dólares para garantizar el abastecimiento mensual de las almohadillas a las mujeres de la Isla, según informó a la prensa Enma Hernández Ibarra, directora general de la empresa Mathisa, tras reconocer que existían problemas en la producción.
“El no arribo a tiempo de las materias primas fue algo que nos golpeó. Por otro lado, la transportación de las almohadillas a través de la Empresa Comercializadora y Distribuidora de Medicamentos, aunque ha mejorado mucho, tuvo dificultades durante el pasado año con las condiciones de los camiones, sobre todo en La Habana”, afirmó.
“La responsabilidad recae en nuestra cadena de logística, desde la importación de todas las materias primas hasta la distribución a las farmacias, que es nuestro destino final. No obstante, buscamos alternativas para entregarla”, añadió.
En 2018 la falta de materia prima provocó el cierre de las máquinas de las tres fábricas durante un mes.
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