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Las familias cubanas que decidieron instalarse con todas sus pertenencias en los portales del edificio de la calle Prado Nº 567, La Habana, para exigir una vivienda digna continúan sin recibir respuestas tras más de dos semanas y aseguran que no se moverán hasta que su problema sea resuelto.
Yosniel Enríquez, uno de los promotores de la protesta frente al Capitolio (sede del Parlamento cubano), dijo a CiberCuba que aunque se han presentado allí policías y agentes de la Seguridad del Estado para intentar persuadirlos de su protesta se mantendrán firmes para lograr su objetivo.
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"De aquí no nos vamos hasta que no nos den casa. No queremos albergue, no queremos que nos busquen una solución temporal", expresó el joven cubano, padre de familia y que se mostró decidido a permanecer en su empeño hasta que todos estén a salvo.
El edificio, cercano al hotel Los Nardos, se encuentra en un evidente estado de deterioro, lo que obligó a dos familias a tomar la medida más extrema, mientras otras 16 permanecen en el interior de una estructura inestable y que pudiera caerse en cualquier momento.
"Sabemos que hay apartamentos disponibles. Los de Vivienda nos dicen que son para trabajadores de las FAR y el MININT, y que podían llevarnos a un albergue pero no queremos eso, porque sería como caer en el olvido de los encargados de resolver nuestro problema", apuntó.
Enríquez también aseguró que en los días previos a la sesión del Parlamento han intentado quitarlos del lugar, pero que no lo han logrado.
"Si nos quieren ocultar, pues lo tendrán difícil porque vamos a estar aquí, frente a sus propias narices para que nos hagan caso", sentenció.
Durante todo este tiempo Enríquez ha actualizado su estado a través de las redes sociales y dijo que si las faltas de respeto del Gobierno para con ellos no cesaban comenzaría a pagarles con la misma moneda.
Tanto es así, que en una de sus más recientes publicaciones se le puede ver tirado en el suelo y deseó tener el teléfono de Díaz-Canel para preguntarle "si su casa se está cayendo".
La situación de la vivienda en La Habana es crítica, aún cuando el Gobierno central insiste en que es una de sus prioridades. Aunque existe una estrategia para construir viviendas en un período de hasta 10 años la realidad es que la demanda es mucho mayor, sobre todo en la capital donde varias familias viven en edificios que se literalmente se derrumban.
En Habana Vieja, varias familias fueron trasladadas de manera temporal a las oficinas de la Dirección Municipal de la Vivienda mientras se resolvía el problema. Hasta la fecha no hay una respuesta firme y muchos de ellos han perdido la esperanza de que a mediano o corto plazo puedan vivir en un hogar seguro.
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