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Una cubana ha denunciado en Facebook haber comprado unos ajíes que, además de caros, estaban en gran parte echados a perder, lo que supone un doble atentado a los bolsillos.
“Estos ajíes de variedad indefinida, porque pimientos con seguridad no son, los venden a 120 pesos en bolsas selladas que apenas llegan a 2 libras en los kioskos de la Ave. 25, frente al condominio de los militares, después de El Pedregal. Compré una bolsa y cuando la abrí, más de la mitad estaban malos, algunos casi podridos en su totalidad, que por supuesto los deseché”, relató la indignada internauta en la citada red social.
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“Al final me quedé con sólo 12 ajíes medianos y uno chiquirritico... un abuso, o como decía la protagonista de Driving Miss Daisy: this is highway robbery! [esto es un robo en la carretera]”, concluye, citando una frase de la popular película Paseando a Miss Daisy.
La publicación pone el dedo en la llaga no solo sobre el elevado precio de los alimentos en Cuba, sino también sobre la mala calidad de lo que se comercializa, queja recurrente entre los residentes en la isla.
En los últimos meses cada vez son más frecuentes las denuncias en Facebook sobre los altos precios de los alimentos comercializados en mercados agropecuarios. A ello se suman los abusivos precios de los artículos que se venden en las tiendas recaudadoras de divisas del Gobierno.
El fotógrafo cubano Iván Soca Pacual también denunció que le cobraron 170 pesos por la compra de cinco tomates en un mercado de La Habana. Por si fuera poco, los tomates eran chiquitos y todavía no estaban maduros, explicó. También relató que en otra oportunidad había comprado dos mangos por setenta pesos.
"¿Cuándo aumentaron los salarios que no me he enterado?", se preguntó otra cubana en Facebook la pasada semana ante los desmedidos precios en un agromercado de El Vedado, en La Habana.
En el caso del arroz, un producto básico en la dieta del cubano, ha subido de precio hasta seis veces más desde que comenzó la pandemia de coronavirus en la Isla, llegando a alcanzar los 25 pesos la libra.
Al omnipresente drama del desabastecimiento -que ha adquirido tintes dramáticos en el transcurso 2020- los cubanos ven sumado el aumento de precios y la mala calidad de los productos a la venta, que en algunos casos, como la carne, en ocasiones no cumple con requisitos mínimos de higiene.
El diario cienfueguero 5 de Septiembre reconoció en un artículo publicado recientemente que los precios desangran los bolsillos de los cubanos.
“El bolsillo de los cubanos es una herida supurante. No sana. Cuando al fin parece que será el momento de su curación, el elevado costo de la vida, en perenne ascenso —con más énfasis dentro del sector privado y el mercado informal—, termina ocasionándole otro desgarro. Se desangra sin freno y a chorros, hasta dejarnos nuevamente moribundos en la mitad del mes”, diagnosticaba el artículo, en un inusual acto de sinceridad periodística en Cuba.
En medio del desabastecimiento y el incremento de precios, se avecina además la eliminación de la dualidad monetaria, que los cubanos temen porque impactará en los precios y encarecerá todavía más la vida en Cuba, a pesar de la anunciada reforma salarial y de los límites para los precios mayoristas que, en principio, deberán reflejarse en los comercios minoristas.
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