Gobierno canadiense intentó mantener en secreto el "síndrome de La Habana"

Documentos desclasificados muestran un esfuerzo coordinado por restar importancia al tema e ignorar las denuncias de los diplomáticos afectados.

Embajada de Canadá en La Habana © CiberCuba
Embajada de Canadá en La Habana Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 4 años

Nuevos documentos obtenidos por el medio canadiense Global News revelan que los empleados de la embajada canadiense en Cuba fueron advertidos de guardar silencio sobre el fenómeno inexplicable que provocó síntomas similares a los de una conmoción cerebral, y que se conoce como "Síndrome de La Habana".

Más de tres años después de que decenas de empleados de la legación canadiense en la isla sufrieran esos raros síntomas, el gobierno de ese país no ha dado respuestas oficiales sobre el asunto mientras lucha en los tribunales contra 15 de los afectados cuyas afirmaciones califica de "exageradas".


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Recientes reportajes publicados en la revista GQ y The New York Times han arrojado nueva luz sobre los ataques sufridos por diplomáticos norteamericanos en Cuba y en otros países. Las conclusiones de los investigadores apuntan a que los servicios secretos rusos podrían estar involucrados en lo que primero se consideró un tipo de ataque sónico y ahora se atribuye a un ataque con microondas.

El misterio comenzó a fines de 2016 y principios de 2017 cuando el personal diplomático estadounidense en La Habana comenzó a reportar síntomas inusuales similares a los de una conmoción cerebral: pérdida de audición, pérdida de memoria, tinnitus, hemorragias nasales, problemas de visión y vértigo, entre otros.

Diplomáticos canadienses y sus familias comenzaron a informar síntomas similares a principios de 2017 y hasta el año siguiente.

Aunque los investigadores del gobierno canadiense dicen que aún no tienen idea de qué causó esos malestares, descritos originalmente por funcionarios como "ataques", Global News usó las leyes de acceso a la información para pedir que documentos oficiales sobre el tema fueran desclasificados.

Tres años después de los hechos, el gobierno canadiense finalmente publicó casi 700 páginas de correos electrónicos, memorandos y material informativo del gobierno, más los registros de reuniones con las autoridades estadounidenses, incluida la Agencia Central de Inteligencia.

Si bien los registros ofrecen poca información sobre el estado de una investigación que sigue en curso, sí muestran una imagen de los funcionarios luchando por mantener la situación en secreto.

Uno de los diplomáticos habló con Global News con la condición de que en vez de su identidad se utilizara el seudónimo autorizado por el tribunal para los demandantes en el caso.

El diplomático Allen, como se describe al individuo en el caso judicial, contó que le dijo por primera vez al embajador canadiense en Cuba el 11 de abril de 2017 que un diplomático estadounidense le había advertido el día anterior sobre los misteriosos síntomas que afectaban al personal de la embajada de Estados Unidos en La Habana.

“No se lo digas a ningún otro canadiense. No podemos decirle a ningún otro canadiense, no queremos comenzar la histeria masiva ", le respondió el embajador (según Allen).

Incluso meses después, cuando los medios estadounidenses informaron sobre los síntomas que afectaban a los estadounidenses, todavía se le decía al personal diplomático canadiense que no hablara sobre el tema.

Se entregaron a Global News varias versiones sin fecha de un borrador del documento titulado “Informar a los empleados enviados a La Habana”. Estos memorandos describen los puntos a discutir durante las reuniones previas a la salida con el personal diplomático canadiense que se dirige a otros puestos.

Correos electrónicos posteriores describen planes para informar a los diplomáticos salientes el 27 de junio y el 29 de junio de 2017, meses después del reporte del diplomático estadounidense al embajador de Canadá en Cuba, y casi un mes después de que su propia familia se viera afectada.

En resumen, los documentos desclasificados muestran que los funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores canadiense estaban sugiriendo que los síntomas reportados por los diplomáticos canadienses en mayo de 2017 no eran más que "estrés extremo".

Uno de los puntos del material informativo aconseja al personal que se informe a los diplomáticos salientes de que algunos empleados de la embajada en La Habana han informado de mareos, dolores de cabeza, zumbidos en los oídos y "no sentirse del todo bien", y dice que los funcionarios canadienses no tienen idea de cuál podría ser la causa.

El material también incluyó puntos que enfatizaban la necesidad de mantener la información en secreto.

Se advierte, por ejemplo, al personal diplomático saliente, que “todos tienen autorización de alto secreto y comprenden las responsabilidades y obligaciones que conlleva esa autorización. Esta información no se puede compartir".

"Allen" dijo que ese informe a los diplomáticos salientes no se acercaba a lo que estaba sucediendo y omitía detalles clave, incluido que sus propios hijos habían sufrido síntomas durante y después del incidente del 1 de junio cuando escucharon un "chirrido metálico” en su casa.

Recordó cómo una mujer, que había sido enviada a la embajada ese verano con un niño pequeño, se le acercó varias semanas después de llegar para preguntarle qué había experimentado su familia. Luego le dijo: 'Nunca dijeron nada sobre los niños afectados'".

Los informes publicados bajo las leyes de acceso a la información muestran a los funcionarios en Ottawa deliberando sobre qué información incluir en la sesión informativa para el personal saliente el 27 de junio.

El material describe "una situación bastante extraña" en la que los diplomáticos experimentaban "dolores de cabeza, hemorragias nasales, mareos y zumbidos en los oídos".

Otros borradores mencionan que algunos diplomáticos informaron "pérdida de memoria a corto plazo", pero ninguno de los materiales publicados menciona los síntomas, que los funcionarios describieron como "consistentes con la exposición al sonido".

En septiembre de 2017 el Gobierno de EE.UU. decidió retirar de su Embajada en Cuba a todo el personal no esencial y sus familias debido a lo que se consideró un ataque con algún tpo de arma secreta

La hipótesis del "ataque" se reforzó tras difundirse una grabación realizada por personal diplomático estadounidense en La Habana y publicada por Associated Press, en la que se escuchaba un zumbido agudo semejante al chirrido de un grillo.

Las autoridades cubanas, que llevaron a cabo su propia investigación, concluyeron que no había "evidencias que indiquen la ocurrencia de los alegados ataques acústicos" y calificaron las denuncias de "ciencia ficción".

Por su parte, el gobierno canadiense redujo su personal diplomático en la Embajada cubana en enero del 2019.

El Ministerio canadiense de Asuntos Exteriores también cambió la designación de riesgo para la embajada en La Habana en abril de 2018, convirtiéndola en un "destino no acompañado". Eso significa que los diplomáticos que allí sean designados no pueden traer consigo cónyuges o dependientes.

A pesar de que no se han reportado nuevos casos desde diciembre de 2018, esa designación permanece vigente.

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Ernesto Hernández Busto

Periodista y ensayista cubano. Fundador del sitio Penúltimos Días.


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