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El activista cubano Ramón Saúl Sánchez, líder del Movimiento Democracia, recibió una renovación para su permiso de trabajo en Estados Unidos, aunque permanece en espera de una decisión sobre su residencia legal y bajo amenaza de deportación hacia Cuba.
“Informamos a nuestros amigos que ha sido renovado por un año el permiso de trabajo a Ramón Saúl Sánchez. Él agradece a Dios, a su abogado Willy Allen y a las autoridades que le permiten seguir trabajando como lo ha hecho por medio siglo. Aun no hay decisión sobre la residencia”, explicó una publicación del Movimiento Democracia en Facebook.
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Hace aproximadamente un año, el Departamento de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos (USCIS) le denegó al activista el recurso de apelación interpuesto en su proceso de solicitud de residencia permanente.
La decisión del USCIS puso a Sánchez nuevamente en peligro de deportación, pese a que el cubano ha permanecido trabajando y pagando impuestos todos los años y vivir en Estados Unidos desde hace 52 primaveras, pues el activista cayó en un limbo legal en 1986, cuando su parole como refugiado le fue retirado por las autoridades de inmigración.
Pero la suerte del activista es aún incierta. El proceso de deportación sigue vigente contra Sánchez, quien deberá comparecer en una audiencia en un tribunal de inmigración de Miami el próximo 6 de octubre. El calendario de la corte, sin embargo, no registra una reapertura de sus funciones hasta el 9 de octubre.
"Pese a las multiples gestiones de funcionarios, ciudades, organizaciones y ciudadanos, que mucho aprecio, el proceso de deportacion en mi contra por parte del gobierno sigue en agenda de la Corte de Inmigracion para este 6 de cctubre a las 8:30 AM, aunque la Corte no abre hasta el día 9. La dictadura ha preguntado cuando me deportan", escribó Sánchez, quien dice tener reportes sobre la intervención del gobierno cubano en su caso.
El Departamento niega la solicitud basándose en que cumplió cuatro años y medio de prisión por negarse a testificar ante un jurado de instrucción sobre las actividades anticastristas de sus compatriotas exiliados.
Tampoco hizo declaraciones sobre su papel protagónico en la organización de flotillas hacia Cuba y la realización de huelgas de hambre para protestar por decisiones del gobierno estadounidense.
“Un juez de inmigración tiene la postestad para escuchar el caso de mi cliente y otorgarle asilo político o residencia legal, y ofrecerle protección o cancelar su deportación”, consideró el abogado Willy Allen.
“Tenemos una posibilidad de obtener justicia para Ramón Saúl, que ha tenido una conducta respetable en esta comunidad”, agregó. En julio de 2019, el gobierno había vuelto a rechazar su solicitud de residencia, una medida que lo dejó automáticamente sin estatus migratorio en el país.
El pasado 10 de marzo, el activista fue citado ante un tribunal migratorio en Miami para resolver su situación migratoria, que continúa en un limbo legal. Sánchez cuenta con una larga y reconocida trayectoria en el exilio de Miami. Vive en Estados Unidos desde 1967 y tiene el apoyo de asociaciones de inmigrantes cubanos e incluso del alcalde de Miami, Francis Suárez, para que le concedan la residencia permanente.
Un mes antes, Sánchez criticaba al gobernante cubano Miguel Díaz-Canel por un mensaje que publicó en Twitter a causa del Día de San Valentín. “Si amaras a tu pueblo, le dejarías ejercer sus derechos, abrirías las prisiones políticas, desmontarías la tenebrosa Seguridad del Estado, los fatídicos actos de repudio y anunciarías el fin del Estado totalitario que representas”, le comentó el activista.
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