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Tres de cada diez niños fallecidos en Cuba en 2019 sin llegar a cumplir el año de vida era hijo de madre adolescente, según informa el diario Juventud Rebelde.
Estas muertes se producen debido a complicaciones durante el embarazo, el parto o después del nacimiento, porque estos niños, a pesar de las vacunas, se enferman más, aclara el rotativo estatal.
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En cuanto la mortalidad durante el parto de madres adolescentes, Francisca Cruz, responsable del Grupo de Trabajo para la Salud Adolescente del Ministerio de Salud Pública, asegura que aparece asociada a patologías previas o a la falta de seguimiento durante el embarazo.
En las dos últimas décadas la Isla ha registrado un incremento progresivo de los embarazos en mujeres menores de 20 años. De hecho en esta franja de edad se sitúan el 16 por ciento de todos los nacimientos registrados en el país el año pasado.
Si bien el rotativo oficialista no ofrece el dato total de bebés registrados en Cuba en 2019, podrían servir como referencia los 116 333 nacimientos registrados en 2018 en todo el país (últimos datos disponibles en la Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba). Es una cifra superior a la de 2017, pero muy similar a la de 2016 (116 872).
Tasa de fecundidad adolescente por las nubes
Esta situación equivale a una tasa de fecundidad adolescente en Cuba de 52,3 partos por cada mil adolescentes con edades entre los 15 y los 19 años, muy superior a la media mundial (49 por cada mil) y lejos de la tasa de países desarrollados como España, donde esa cifra está en 13,44 entre adolescentes nacionales y extranjeras de 19 años (datos del INE de 2019).
Matilde Molina, subdirectora del Centro de Estudios Demográficos (Cedem) de la Universidad de La Habana cree que no hay un único factor que pueda explicar a qué se debe la alta fecundidad adolescente en Cuba, pero sí tienen identificado el perfil de la mujer más vulnerable a los embarazos tempranos en el país: adolescente negra, con bajos niveles socio-económicos, que no estudia, no trabaja ni está casada.
Además, las estadísticas oficiales arrojan que casi seis de cada diez (57,8%) madres adolescentes dejan los estudios del 7mo al 9no grado. Sólo una de cada 4 (25%) termina el preuniversitario y el 84,1 por ciento se dedica a ser ama de casa.
La consecuencia directa es que las madres adolescentes carecen de independencia económica y la mayoría afronta el embarazo sola ya que una gran parte de las relaciones se rompen y no consiguen sobrevivir ni siquiera a los nueve meses de gestación, especialmente en la franja de edad de los 12 a los 14 años.
Países de pobres y poco instruidos
De la misma manera que los expertos cubanos tienen identificado el perfil de la madre adolescente en Cuba, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado que la mayor parte de los países donde el embarazo de menores de 20 años está a la orden del día tienen ingresos bajos o medianos. También, se dan, sobre todo, en comunidades pobres, poco instruidas y rurales.
Al respecto, la OMS advierte de que los embarazos en edades tempranas cierran un círculo de enfermedad y pobreza, tal y como recoge el informe El embarazo en la adolescencia, publicado en enero de este año.
Asimismo reconoce que los bebés nacidos de madres de entre 15 y 19 años tienen un "riesgo considerablemente superior de morir" que los hijos de madres con edad comprendidas entre los 20 y los 24 años.
Contrario a lo que ocurre en Cuba, la OMS asegura que desde 1990 se ha registrado en el mundo un descenso del número de embarazos en madres adolescentes, aunque un 11 por ciento de los embarazos se siguen dando en muchachas de 15 a 19 años. (Esta cifra es del 16 por ciento en Cuba).
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