Los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), organización de masas cubana, se suma a la guerra de la Dictadura contra algunas figuras que trae aparejada la crisis en Cuba, coleros, acaparadores y revendedores.
El coordinador nacional de los CDR, Carlos Rafael Miranda Martínez, indicó en la Mesa Redonda de este martes que las colas en Cuba siempre han existido y seguirán existiendo porque el país no ha tenido nunca suficiente abundancia como para que desaparezcan.
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Sin embargo, el dirigente considera que el pueblo entiende y acompaña esta batalla que se está librando el Estado contra los coleros, revendedores y la venta ilícita de divisas.
Entre las acciones que los CDR piensan desarrollar para enfrentar a los acaparadores está el “reforzamiento de los destacamentos de vigilancia CDR-MININT”, una acción conjunta de la organización social con los órganos del Ministerio del Interior en todo el país.
Miranda Martínez insistió en que la población debe estar atenta y ser responsable con el uso que se le da a las casas u otros espacios, para no caer en ilegalidades, alertando que pueden convertirse en cómplice de un delito.
“La comunidad, el barrio, la familia revolucionaria cubana tiene que actuar y acompañar este plan de gobierno que no es para otra cosa, que para que las cubanas y cubanos podamos acceder de la manera más equitativa posible a lo que el país está haciendo un esfuerzo extraordinario por asegurar en este momento”, señaló el dirigente político.
Miranda Martínez dijo que en Cuba hay más de 852 destacamentos juveniles con más de 23 400 jóvenes dispuestos a defender la Revolución y los intereses del pueblo.
El coordinador de los CDR dice estar consciente de dónde se encuentran los problemas de funcionamiento de esta organización de masa y de dónde no se alcanzan los propósitos de la misma.
Para combatir a los grupos de coleros y revendedores que existen no solo en mercados y tiendas, sino en otros establecimientos el dirigente político dijo que se ha hecho un levantamiento de los CDR y zonas que están en los entornos de estas instituciones.
En estas áreas los dirigentes de los CDR concentran sus cada vez más inefectivas charlas de convencimiento, para lograr que la ciudadanía contribuyan en el orden, la disciplina, y la organización de las comunidades.
Miranda aseguró, por ejemplo, que en La Habana se han desarrollado más de 400 reuniones en esos entornos, con el objetivo de estimular acciones preventivas de hechos que irritan mucho al pueblo.
“Donde quiera que haya un cederista, debe acompañar estas medidas en beneficio del pueblo”, concluyó Miranda.
Una vez más la Dictadura pone al pueblo a resolver los efectos de su pésima gestión pública, coloca a los ciudadanos en la posición de denunciantes, controladores y agentes del orden, como si los instrumentos represivos del Estado cubano no les fuesen suficientes.
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