Hospitales colapsados en Beirut tras recibir cientos de heridos por la gran explosión en el puerto

Algunos centros piden con urgencia donaciones de sangre para tratar a los pacientes en las instalaciones totalmente ocupadas.

Personas atendidas en el hospital St Joseph en Beirut. Foto © Twitter

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Este artículo es de hace 4 años

Los hospitales de Beirut, capital del Líbano, están recibiendo cientos de heridos tras una fuerte explosión en el puerto de esa ciudad, que ya ha dejado un funesto saldo de decenas de muertes.

Las imágenes de varios centros como el Hospital Geitaoui, colmados de personas afectadas por el hecho, inundan las redes sociales. Otros piden de urgencia donaciones de sangre, especialmente de tipo O-, para tratar a los pacientes en las instalaciones totalmente ocupadas.


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Decenas de heridos igualmente reciben ayuda en el hospital Saint Joseph (San José) luego del lamentable hecho ocurrido en un almacén de petardos. Al menos 27 personas han muerto y más de 2000 resultaron lesionadas por el incidente, cuyos motivos todavía no han sido esclarecidos por las autoridades.

Muchos edificios fueron destruidos. El jefe de seguridad interna del Líbano declaró que la explosión ocurrió en un área que alberga materiales altamente explosivos. Los daños severos son suficientes para dejar el puerto fuera de acción, de acuerdo con un periodista de BBC en el lugar.

Medios locales mostraron personas atrapadas debajo de los escombros. Un testigo describió la primera explosión como ensordecedora, y los videos mostraron autos destrozados y edificios dañados.

El miércoles ha sido declarado oficialmente día de luto en el país árabe. El presidente Michel Aoun convocó a una reunión de emergencia del Consejo Supremo de Defensa, mientras los gestos de respaldo internacional comienzan a manifestarse.

En ese sentido, el secretario de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, dijo que el gobierno estaba “listo para ofrecer ayuda y apoyo”, al tiempo que el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, dijo que Francia también estaba lista para ofrecer asistencia.

Hadi Nasrallah, un testigo ocular, dijo que vio primeramente el fuego en el local, pero no podía adivinar lo que sucedería después. De pronto, perdió la audición durante unos segundos porque aparentemente estaba demasiado cerca de la detonación.

“Y luego, de repente, el cristal se rompió por todo el automóvil, los automóviles que nos rodeaban, las tiendas, las tiendas, los edificios. Solo vidrio cayendo de todo el edificio”, dijo.

La nación vive además en estos momentos una profunda crisis económica, considerada la peor desde la guerra civil de 1975-1990. En las calles se experimenta agitación política, con manifestaciones continuas en contra del gobierno. La gente lidia con cortes de energía diarios, falta de agua potable y una atención médica pública limitada.

Michel Aoun comentó en Twitter que el Ministerio de Salud cubriría los gastos del tratamiento de los heridos y que el gobierno proporcionaría refugio y apoyo a las familias desplazadas cuyas propiedades fueron dañadas por la explosión.

Por otro lado, las tensiones crecen en la frontera con Israel. La semana pasada se comunicó que había frustrado un intento de Hezbolá de infiltrarse en territorio israelí. No obstante, un alto funcionario de ese país le dijo a la BBC que "Israel no tiene conexión" con la explosión de Beirut en una de las zonas más densamente poblada de la ciudad.

Marwan Abboud, gobernador de Beirut, dijo que se trataba de un desastre nacional y comparó el impacto de la explosión con el bombardeo a la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945.

“Nunca en mi vida he visto un desastre tan grande. Esta es una catástrofe nacional. Este es un desastre para el Líbano. No sabemos cómo nos vamos a recuperar de esto. Tenemos que mantenernos fuertes, tenemos que ser valientes”, expresó.

De momento, las investigaciones vinculan las explosiones (la primera de ellas alrededor de las 6 p.m. hora local), con fuegos artificiales y productos químicos almacenados. El segundo estallido levantó una enorme nube de humo en forma de hongo y escombros a gran altura.

El primer ministro Hassan Diab, cuya esposa e hija resultaron heridas, advirtió que los responsables deberán rendir cuentas. “Les prometo que esta catástrofe no pasará sin responsabilidad”, comentó en un discurso televisado. “Los responsables pagarán el precio”, añadió.

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Maykel González

Periodista de Cibercuba. Graduado de Periodismo por la Universidad de La Habana (2012). Cofundador de la revista independiente El Estornudo.


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