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Las muertes en Florida a causa del COVID-19 sobrepasaron este sábado la cifra de 7000, al reportarse 179 fallecimientos en las últimas 24 horas.
El Departamento de Salud informó que el total de residentes que han perecido producto del virus es de 7022, pero a esa estadística se suman otras 122 víctimas no residentes en el estado, lo cual eleva el número a 7144.
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Por otra parte, el organismo detalló que de 100 568 pruebas realizadas el viernes resultaron positivas 9642, para un acumulado total de 480 028.
Ese resultado arroja una tasa de positividad del 11.08 por ciento.
En la última semana se ha notificado de 65 517 nuevos casos, pero las cifras de contagio diario se han reducido a menos de 10 000, un dato alentador en comparación con la semana pasada.
Miami-Dade y Broward siguen siendo los condados más golpeados por la pandemia, con 121 207 y 56 797 casos totales respectivamente.
Solo en Miami-Dade han fallecido 1647 personas por COVID-19 y 742 en Broward.
Estas cifras aumentaron considerablemente a raíz de la reapertura económica iniciada el pasado 4 de mayo, cuando se abrieron con estrictas medidas de seguridad negocios no esenciales como restaurantes, tiendas minoristas, museos, gimnasios y bibliotecas.
A inicios de junio se incorporaron los bares y sitios recreativos como cines y boleras en la mayor parte del estado, pero entonces los números se dispararon hasta convertir a Florida en el epicentro mundial de la enfermedad.
Ayer, otro factor se sumó al estrés que vive el territorio por la situación epidemiológica, y fue el anuncio de que el huracán Isaías dejaría a su paso por las cercanías de la costa este florida fuertes vientos, inundaciones y lluvias.
El gobernador Ron DeSantis declaró el estado de emergencia en toda la costa este del estado, donde se encuentran los condados más afectados por el coronavirus: Miami-Dade, Broward y Palm Beach.
Miami-Dade informó que se prepara para los efectos que pudiera provocar el fenómeno meteorológico a su paso por la costa este de la Florida, aunque es poco probable que los estragos sean demasiado visible en este condado.
Entre las medidas adoptadas estuvo el cierre de parques, marinas y campos de golf, mientras que los restaurantes del condado deberán recoger las sillas y mesas que se han instalado al aire libre.
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