Daniel Salas, el hijo de 20 años de la jueza federal de origen hispano Esther Salas, murió luego de que un individuo vestido como mensajero de FedEx disparara contra la vivienda de la familia en Nueva Jersey.
En el incidente, ocurrido sobre las 05:00 de la tarde del domingo, también resultó herido el esposo de la magistrada, el abogado defensor Mark Anderl, quien fue intervenido quirúrgicamente, informó The New York Times.
El joven y su padre, detrás de él, abrieron la puerta al presunto mensajero pero este los sorprendió con una ráfaga de disparos. Salas estaba en el sótano de la casa y no resultó lesionada, pero su hijo recibió un disparo mortal en el pecho, explicó a la agencia de noticias The Associated Press la juez Freda Wolfson.
El agresor no ha sido detenido ni se conoce el móvil del ataque que causó la muerte de Daniel Anderl, quien cursaba estudios en la Universidad Católica de América en Washington, D.C., y era el único hijo de la jueza.
Sin embargo, la policía local ha informado del hallazgo del cuerpo de un hombre con una bala autoinfligida que al parecer se trata del sospechoso.
Salas, destinada en Newark, es considerada la primera jueza latina de la Corte de Distrito de Estados Unidos luego de que el presidente Barack Obama la nominara para el banquillo y el Senado la confirmara en 2011.
Antes sirvió como magistrada federal en Nueva Jersey, tras varios años ejerciendo como abogada de oficio.
Nacida en California, la magistrada es hija de inmigrantes cubanos y mexicanos. Su madre, la cubana Aurelia Salas, se mudó con Esther y sus hermanos a Union City, Nueva Jersey, cuando ella tenía 5 años, tras lo cual perdió contacto con su padre.
Salas ha presidido casos de alto perfil como el de la estrella del programa 'Real Housewives' Teresa Giudice y recientemente fue asignada a un caso que implica a Jeffrey Epstein.
Sobre este último, presidió una demanda aún en curso planteada por inversionistas de Deutsche Bank, que acusaban a la firma de hacer declaraciones falsas y engañosas sobre sus políticas contra el lavado de dinero y de no monitorear a sus clientes de "alto riesgo", incluido el millonario acusado de tráfico sexual.
Tanto los alguaciles de EE.UU. como el FBI están investigando el tiroteo.
Por su parte, un portavoz de FedEx informó a los medios que colaboran para dar con la identidad del presunto trabajador que atacó a la familia: "Somos conscientes de los informes de los medios y estamos cooperando plenamente con las autoridades investigadoras".
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