La televisión cubana ha hecho un llamado a la población a enfrentar a los coleros, como se les denomina en la isla a los ciudadanos que se dedican a la venta de turnos para entrar a tiendas y comercios.
Según subrayó la periodista Lisset García en un reportaje del Canal Caribe, es deber de la mayoría de las personas “impedir a unos pocos acaparar lo que corresponde a todos”.
La información, transmitida en el Noticiero Nacional, se refiere una vez más a estas figuras habituales en las colas, que bien venden tickets, bien comprar gran cantidad de mercancías para revenderlas a precios más caros, en medio de una escasez generalizada que padece el país, la cual se ha agravado con la llegada de la pandemia de coronavirus.
“Sobre las 6:00 de la tarde se comienzan a sacar libretas y repartir turnos en los parques, portales, calles cercanas a la tienda. Quien apunta, monopoliza los 10 primeros lugares de la cola, el resto se reparten en orden de llegada, si bien suelen concentrarse en pocas personas los 100 primero tickets”, relata el reportaje que una vez más pone el centro de la culpa de la escasez en las tiendas en estas personas y no en la ineficiencia del Estado cubano.
Para la periodista quienes compren algún alimento a estas personas corren el riesgo, además de ser estafados, de adquirir algún producto adulterado o que no cumpla con las medidas de seguridad adecuadas.
Desde que comenzó la crisis sanitaria originas por el COVID-19, la policía ha realizado 1367 acciones de enfrentamiento a este tipo de actividades, que terminaron con la detención de 1285 coleros.
De ellos, 453 fueron objeto de medidas profilácticas, 634 debieron pagar una multa y 280 han sido acusados por delitos de actividad económica ilícita, desobediencia, acaparamiento y/o propagación de epidemia.
En opinión de Otto Molina, presidente de la sala de lo penal del Tribunal Supremo, la actuación de los coleros en las tiendas contribuye a agravar el desabastecimiento y la escasez de alimentos, además de ser un fenómeno que irrita a la población.
Sin embargo, recientemente el portal digital Cubadebate culpó al desabastecimiento de productos como la principal causa de las aglomeraciones en los mercados, algo inusual en los argumentos oficialistas, que suelen achacar a los coleros y revendedores la escasez en las tiendas.
“No hace falta preguntar demasiado para encontrar la solución definitiva al problema de las colas y los revendedores: abastecimientos”, expuso el autor del trabajo.
La figura del colero es una de las consecuencias de la ineficiencia de la economía estatal, la burocracia y la corrupción, un fenómeno que opera de manera similar a una mafia de la que solo se benefician unos pocos.
Mientras algunos responsabilizan a la población por aceptar su presencia en las colas, otros admiten que tienen que recurrir a ellos, ante la imposibilidad de pasar horas esperando poder entrar a un comercio, sin garantía alguna de poder adquirir los productos deseados, o “andando de un lugar para otro como ardillas buscando comida”, al decir de una cubana.
Por su parte, las autoridades aseguran que están persiguiendo a quienes se dedican de manera habitual a esta actividad. La semana pasada fuentes del Ministerio del Interior (MININT) de La Habana informaron que durante las últimas semanas más de 1000 coleros han sido detenidos, de los cuales, a alrededor de 30, con reincidencia probada, se les abrió un proceso penal.
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