Justo cuando Estados Unidos atraviesa uno de los momentos más críticos en la lucha contra el coronavirus, la Casa Blanca ha empezado a enviar señales de que no está muy complacida con el trabajo del epidemiólogo Anthony Fauci, director nacional del Instituto sobre Alergias y Enfermedades Infecciosas (Niaid) y, hasta ahora, una de las voces más respetadas en los esfuerzos por controlar el avance de la pandemia.
Los ataques los inició el propio presidente estadounidense, Donald Trump la semana pasada, durante una entrevista con la cadena Fox en la que dijo que si bien Fauci era un “buen tipo”, había cometido “muchos errores” en el manejo de la crisis.
El científico tiene una carrera y una reputación intachables. Desde 1984, es el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), asesor de los presidentes estadounidenses desde Ronald Reagan y experto reconocido internacionalmente en su ámbito. En la década de 1980 impulsó una investigación de base sobre la lucha contra el virus VIH y es uno de los pioneros en el estudio de la llamada regulación inmune en seres humanos. En Wikipedia aparecen 45 títulos honoríficos de doctorado que ha conseguido durante su carrera.
Este fin de semana varios medios norteamericanos comentaron con sorpresa que asesores de Trump se han encargado de distribuir a los medios de comunicación un “dossier” que resume los supuestos errores cometidos por el doctor. Se trata, en su mayoría, de declaraciones públicas durante los seis meses que la enfermedad lleva asolando al mundo.
Entre ellas, unas palabras de enero de este año, cuando Fauci dijo que los estadounidenses no debían estar preocupados por el virus y que las mascarillas no eran la panacea para detener la enfermedad.
El hecho de que la Casa Blanca enviara a los medios esta recopilación de citas de Fauci sorprendió a más de uno, pues se trata de un ataque contra un funcionario que se supone trabaja para el mismo equipo. También llamó la atención que en la recopilación se omitieran algunas frases y otras se sacaran de contexto.
Cuando Fauci indicó a finales de febrero que el riesgo era muy bajo, también añadió que esa situación podía cambiar de manera súbita. En el caso de las mascarillas, Fauci ha explicado que lo hizo porque querían evitar que un alza en la demanda por este tipo de dispositivos terminara impactando la disponibilidad de ellas en los hospitales del país, que era donde más se necesitaban en ese momento.
El doctor también ha reconocido que algunas de las primeras valoraciones que se hicieron sobre el virus terminaron siendo equivocadas, precisamente porque se trata de una enfermedad desconocida y frente a la que es necesario adaptarse.
La disputa entre Fauci y la Casa Blanca no es nueva. De hecho, el presidente lleva más de un mes sin hablar con el doctor. Al parecer, Fauci se ha convertido en una piedra en el zapato para los planes de Trump, enfocado en la recuperación económica del país y con un ojo puesto en las elecciones presidenciales de noviembre próximo.
En una reciente emisión del conocido programa Saturday Night Live, el actor Brad Pitt se presentó con peluca canosa, lentes y corbata, representando la figura de Fauci. La estrella de Hollywood parodió al científico, alzando los brazos al aire y haciendo énfasis en cada palabra para soltar la broma de la noche: "Corre el rumor de que el presidente me quiere despedir”.
La situación de la epidemia en Estados Unidos ha empeorado en las últimas dos semanas con un incremento de los contagios, que ya suman más de 3 millones. En los últimos días, el país ha comenzado a sumar unos 60 000 casos diarios. Y aunque los datos de mortalidad no están en los niveles que se alcanzaron en abril, han comenzado a subir nuevamente y llegan a los 800 decesos por jornada.
En junio, Fauci dijo ante el Congreso que resultaba “inquietante” el incremento de casos y precisó que las dos próximas semanas serían claves en la evolución del virus en el país.
Al igual que otros expertos, el científico atribuye esta nueva aleada de enfermos a la decisión de muchos estados de reactivar sus economías de manera prematura. En su mayoría, se trata de estados sureños cuyos gobernadores republicanos acataron la línea de Trump y hoy están contra la pared. En particular Texas, Florida y Arizona, donde las camas en los hospitales ya no dan abasto.
En medio de este lamentable panorama, a Fauci no le ha temblado la voz para contradecir a Trump. Cuando el presidente dijo que EE.UU. era líder mundial en la batalla contra el coronavirus, el científico aclaró que, en comparación con otros países, la situación no era la mejor. Lo mismo hizo luego que Trump sugirió que el descenso en el número de muertos indicaba que el virus estaba en retirada.
Para rematar, de acuerdo con una encuesta de The New York Times, la credibilidad de Fauci es muy superior a la de Trump en lo que se refiere al coronavirus (67 vs. 26 porciento). Algo que, al parecer, tampoco le agrada al presidente.
La pelea se agudizó la semana pasada, cuando Fauci comenzó a presionar para que algunos estados regresaran a la cuarentena. En represalia han sido canceladas todas sus intervenciones públicas.
El propio Trump, sin embargo, ha restado importancia a sus desencuentros con el principal responsable científico en la lucha contra el coronavirus en el país, y ha asegurado que "tiene una muy buena relación" con él.
"Tengo una muy buena relación con el doctor Fauci, la he tenido durante mucho tiempo", dijo Trump en un evento celebrado en la Casa Blanca. "Lo encuentro una persona muy agradable", agregó, aunque también dijo que "no siempre" está "de acuerdo" con él.
Sin embargo, el lunes el presidente retuiteó un mensaje del presentador Chuck Woolery que afirma que "todo el mundo está mintiendo" sobre el coronavirus, los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) incluidos.
"Todo el mundo está mintiendo. Los CDC, los medios, los demócratas, nuestros médicos, no todos pero la mayoría (...) Creo que se trata de las elecciones y de evitar que la economía regrese", aseguró Woolery.
Además, miembros de la Administración Trump, como el asesor Dan Scavino, han comenzado a atacar abiertamente a Fauci por sus recomendaciones en torno a la gestión de la pandemia. Hace poco Scavino compartió en la red social Facebook una viñeta que mostraba al epidemiólogo como un grifo que tiraba la economía estadounidense por el desagüe.
Ante la reacción de la prensa, la Casa Blanca ha salido al paso este lunes y ha insistido en que la Administración Trump no intenta desacreditar a Fauci ni tiene intenciones de despedirlo. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, ha asegurado a la cadena de televisión CNN que Trump y Fauci "siempre han tenido una muy buena relación de trabajo".
Estados Unidos es el país más afectado por la pandemia del coronavirus del mundo. Hasta el momento, hay confirmados más de 3,36 millones de positivos, incluidas más de 135 600 muertes.
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