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Una larga fila fue el primer recibimiento de quienes este fin de semana decidieron, en Santiago de Cuba, visitar el Parque Zoológico de la ciudad, lugar clave en el entretenimiento de los más pequeño, más aún en estos días luego de meses de aislamiento social.
El paseo de este sábado y domingo tenía especial relevancia en la vida de los infantes pues se trataba del primer fin de semana luego de que se decretara la fase número dos de la recuperación post Covid en la ciudad de Santiago de Cuba.
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Luego de un tiempo relativamente prolongado donde muchos niños a duras penas se asomaron a la puerta a calle de sus propios hogares, había gran expectativa de ver el zoológico, sus novedades, ofertas gastronómicas y se esperaba, al menos, salir de casa para que los pequeños volvieran, dentro de lo posible, a tener una vida lo más cercano a lo normal.
Sin embargo, lo primero fue una larga fila para entrar al sitio y que no se explica pues el Zoológico es un sitio de grandes dimensiones donde la aglomeración, al menos en el área de exposición de animales, no suele ser habitual.
Un detalle curioso fueron las marcas realizadas en la acera para separar las personas de la fila, sin embargo, había más personas que marcas, o sea, una parte de la cola estaba organizada y la otra aglomerada.
“Están pasando por grupos, y la verdad es que esa decisión evita las aglomeraciones dentro, eso creo, pero afuera no, ni las marcas en la acera. De momento sale alguien que trabaja ahí y dice hasta aquí, orienta que no se de más el último, y es hasta ahí hasta que pasa un tiempo y salen un poco de gente. ¿pero te imaginas? Esto no es como un restaurante que comes y te vas, hay personas que se pasan horas, entonces no entiendo eso, más cuando este sitio es tan grande”, comenta una madre enfadada.
Por ejemplo, a las 10 y 30 am salió un trabajador y orientó que no se diera más el último, quienes llegaron luego tuvieron que esperar al menos 30 minutos o más para que se reanudara la cola.
Ese fue el caso de María Eugenia: “adentro estaban mi hija y mi nieto, yo vine a unirme a ellos a almorzar y pasear un poco, pero mayormente almorzar. Me topé con que no podía entrar, al final entré sólo a almorzar y eso fue como a las 11 y 45. Pasear sólo pudimos luego”.
Y en efecto, adentro no había aglomeraciones, sólo alrededor de la cafetería, donde las ofertas eran bastante escasas, lo que no se esperaba luego de meses de aislamiento, tiempo más que suficiente para reabastecer y prepararse, más una instalación que siempre es visitada en la época estival.
“Si la cola de afuera es grande, la de aquí no lo es tanto, pero avanza más lento y como puedes ver no hay muchas cosas. En otros años ha habido más ofertas, quizás sea por todos los módulos que se han repartido, o porque el verano no ha empezado de manera oficial, pero es que los muchachos no están en la escuela, así que para muchas familias ya es verano, eso debieron preverlo”, opina un padre.
Aunque el verano no ha empezado de manera oficial, es cierto que el hecho de que los niños estén en casa hace que la etapa estival haya iniciado de manera informal.
Esa situación, y que Santiago de Cuba esté en la fase dos de la recuperación post Covid luego de que niños estuvieran meses encerrados en las casas, hacen que muchas instalaciones tengan que estar listas para recibir verdaderas avalanchas de personas.
Se entiende que hay que tomar medidas, para evitar rebrotes, infecciones o propagación de enfermedades, pero estas no pueden crear aglomeraciones para evitar conglomerados de personas, sino sería como desvestir un santo para vestir otro.
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