El doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba, advirtió a la población de la isla que el polvo del Sahara podría provocar impactos negativos en la salud humana y el medioambiente.
En conferencia de prensa, el especialista explicó que los más vulnerables a sufrir complicaciones por las partículas eran los pacientes asmáticos, alérgicos y con otras enfermedades respiratorias, al igual que las personas mayores de 65 años y los niños de hasta cuatro años.
También dijo que las nubes asociadas al fenómeno favorecen la aparición de alergias y problemas de la piel. Entre el polvo viajan diversos componentes que pueden ser nocivos: minerales como hierro, calcio, fósforo y mercurio, así como virus, hongos y bacterias.
En la agricultura tiene repercusiones mediante la aparición de plagas en el arroz, frijoles, frutales, la caña de azúcar y otros cultivos, detalló Durán en su habitual rueda de prensa para actualizar información sobre el estado epidemiológico del coronavirus en el país.
Manifestaciones gripales, malestar en la garganta, irritación en los ojos, sobre todo en personas con cierto grado de alergia o asmáticas, son otras de las afectaciones que podrían aflorar bajo los efectos del polvo del Sahara.
Por esta razón, el doctor insistió en el uso de la mascarilla o nasobuco y en la necesidad de la permanencia en los hogares, como modo de contrarrestar la exposición a estas complicaciones, especialmente en el contexto del nuevo coronavirus.
Las partículas gruesas de ese polvo pueden ser inhaladas y llegar hasta los pulmones, ha indicado, por su parte, la Asociación Torácica Estadounidense.
Un despacho de la agencia de noticias Associated Press, citado por Univision, expone que, si bien es un fenómeno que ocurre periódicamente, esta vez la nube de polvo ha alcanzado un tamaño y concentración no vistos en medio siglo y, en su paso por el Caribe, dejó la calidad del aire en niveles “peligrosos”.
Entre los síntomas de exposición están la tos, sibilancias en el pecho e infecciones del tracto respiratorio inferior. Se advierte, además, que los contagiados con coronavirus son otro grupo propenso a sufrir afecciones por el polvo.
“Quienes hayan sido infectados con el Covid-19 también deben tener mucho cuidado para no agravar su problema de salud”, instó el departamento de salud de Puerto Rico en un comunicado a la población. La franja de polvo no aumenta las posibilidades de contagio, pero sí podría agravar los síntomas.
Este martes, ciudades del oriente cubano como Gibara, en Holguín, y Baracoa, en la provincia de Guantánamo, empezaron a sentir los efectos del fenómeno, percibiendo el cambio en la tonalidad del cielo y el aumento de las temperaturas, tal como había pronosticado el meteorólogo cubano José Rubiera.
Un usuario reportó que "desde las 12 de la noche se veía como neblina y mucho calor" en Baracoa, y otra internauta residente en esa misma localidad apuntó que "el sol apenas se ve y hay un calor casi insoportable".
Como lado positivo, cabe destacar que la formación de las nubes de polvo puede afectar el surgimiento y desarrollo de los ciclones tropicales, al crear un ambiente hostil en la atmósfera, poco propicio para la formación de tormentas.
Los modelos de previsión alertaron que la nube se extenderá hasta el Golfo de México y el sudeste de Estados Unidos. El evento meteorológico es generado por tormentas de arena y polvo del desierto del Sahara y el Sahel, que pueden alcanzar alturas que rondan entre los 3 y 7 kilómetros.
En el parte meteorológico trasmitido el domingo por el noticiero de televisión, Rubiera explicó que el fenómeno estaba constituido por pequeñas partículas que condicionaban en el ambiente un aire muy seco.
“Ese aire seco hará que disminuyan las posibilidades de lluvia, mientras avanza más hacia el oeste, pero además se verá el cielo con una apariencia blanquecina”, dijo.
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