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22 abr (Reuters) - El presidente Donald Trump aplaudió el miércoles los pasos de un puñado de estados liderados por republicanos para reabrir sus economías, pero el gobernador de Nueva York, receloso de un posible aumento de los casos de coronavirus, advirtió que "no es momento de actuar estúpidamente".
Alrededor de media docena de estados, principalmente en el sur, están relajando el confinamiento, permitiendo que una serie de negocios no esenciales reabran con la esperanza de revivir sus devastadas economías.
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Trump mostró su apoyo a las medidas en Twitter. "Los estados están regresando de manera segura. Nuestro país está comenzando a ABRIR PARA LOS NEGOCIOS nuevamente. Se presta especial atención, y siempre se brindará, a nuestros amados adultos mayores (¡excepto a mí!)", escribió Trump, de 73 años.
Los gobiernos estatales y locales habían emitido órdenes de "quedarse en casa" que afectan a aproximadamente al 94% de los estadounidenses para tratar de limitar el número de nuevos casos de COVID-19, la enfermedad respiratoria causada por el virus.
Las restricciones han golpeado la economía, con cierres comerciales obligatorios que dejaron a millones de estadounidenses desempleados. Los funcionarios se han involucrado en un agrio debate sobre cuándo y cómo recobrar la normalidad.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, un demócrata que se reunió con Trump el martes, dijo que su estado muestra nuevas señales de que lo peor pasó, incluida una caída en las hospitalizaciones. Aun así, advirtió sobre una posible "segunda ola" si las restricciones se relajan irresponsablemente.
"Este no es momento de actuar estúpidamente", agregó Cuomo. "Morirán más personas si no somos inteligentes".
Cuomo reconoció que los funcionarios locales sienten presión política para reabrir la actividad, pero advirtió en contra de tomar decisiones basadas en tales factores. "Si damos un paso en falso vamos a retroceder mucho en lo que ganamos", señaló.
Cuomo dijo que hubo 474 muertes relacionadas al coronavirus en su estado en el último día, la más baja desde el 1 de abril, pero eso empujó el número total de fallecidos en Nueva York, el epicentro de la pandemia en Estados Unidos, a más de 20.000.
Las muertes por coronavirus en Estados Unidos han superado las 45.800, según un recuento de Reuters, con 811.000 casos. A las tasas actuales, los fallecimientos en el país podrían alcanzar los 50.000 esta semana.
Un modelo de la Universidad de Washington, citado a menudo por la Casa Blanca, proyecta cerca de 66.000 muertes por coronavirus en Estados Unidos para el 4 de agosto, una revisión al alza desde su proyección del 18 de abril de un total de unos 60.300 fallecidos.
(Editado en español por Javier Leira)
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