"¿Por qué ponerle una multa, cuando en realidad hay que darle un premio?", se pregunta Haydée Milanés, comentando el más reciente episodio de censura gubernamental contra la prensa independiente cubana: la multa recibida por la periodista Mónica Baró, premio de Periodismo de la Fundación Gabo el año pasado.
La Fundación, creada por el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, uno de los grandes valedores de la Revolución cubana, pidió en Twitter "revocar tan absurda multa y dar garantías para que la respetada periodista Mónica Baró pueda continuar su impecable trabajo periodístico". El mensaje lo divulgó Jaime Abello Banfi, director de la institución.
Y no es el único indignado con la arbitraria utilización del Decreto Ley 370, que nunca pasó por la Asamblea Nacional, y con el cual el régimen cubano está penalizando el periodismo independiente.
Baró no es la única periodista que ha hecho trabajar horas extra a la Seguridad del Estado en medio de la epidemia de coronavirus. Niober García Fournier, Yoe Suárez, Waldo Fernández Cuenca, Camila Acosta y Julio Antonio Aleaga, son otros de los informadores citados y amenazados en las últimas semanas.
Las nuevas medidas, sin embargo, han concitado un rechazo generalizado entre la sociedad civil cubana.
"Si me piden que mencione un movimiento del que me siento orgullosa ahora mismo en Cuba, diría del periodismo independiente cubano. Ese que se viene manifestando desde hace algunos años, con jóvenes nacidxs en su mayoría en los años 80' y principios de los 90', puedo decir que es lo más fresco, lo más real y lo más valiente que diviso en el panorama actual cubano, escribe Milanés en su muro de Facebook.
La escritora Wendy Guerra también utilizó la red social para expresar su repudio a la censura oficialista.
"Mientras escribo y me ocupo de mi trabajo, miro las redes y parece que retrocedemos al Caso Padilla, al Quinquenio Gris, a la carta contra Pablo Neruda, al terrible suceso de Matanzas donde apagaron la luz y apalearon sin piedad a varías poetas cubanas, entre ellas a Odette Alonso y Carilda Oliver Labra, a la persecución y encarcelamiento de Raúl Rivero y María Elena Cruz Varela, Arenas y muchos otros autores y artistas", escribe.
"Estoy francamente agotada de explicar en Los Ángeles, Madrid, Paris o Noruega, a mis colegas, que allí, donde vivo, pueden apresarte, amenazarte o arrebatarte la libertad de entrar y salir de tu patria solo por pensar, hablar y escribir lo que se piensa. Eso nadie lo entiende, nadie, en ninguna lengua, desde la izquierda o la derecha, a estas alturas, nadie logra entender lo que yo cuento cada semana a mis colegas cuando les muestro estos avisos que me llegan o envío desde La Habana", añadió Guerra en Facebook.
"Estamos en el 2020, ya pasaron 60 años del triunfo de la primera Revolución Socialista de América, creen que sea verdaderamente necesario amenazar a una dama, a una profesional, a una periodista formada en escuelas nacionales, con técnicas de intimidación más cercanas a las acciones del fundamentalísimo árabe contra la mujer basados en sus principios religiosos, que de un país occidental, ateo, no confesional, creen que estos atropellos, vejaciones machistas, propinados contra una ciudadana cubana sean necesarios, en pos de salvar a la Revolución cubana... ¿tan frágil es?", concluye la escritora.
Desde el gremio, varios periodistas independientes se han manifestado también contra el dictum gubernamental que calfica de "enemigo" cualquier información de los medios no oficiales. Elaine Díaz, directora de Periodismo de Barrio, una de
Sabíamos que el inciso i serviría para reprimir, silenciar, castigar, etc. la expresión pública en los espacios online. El inciso i era la legalización de la censura en Internet. Por eso se aprobó por decretazo, ni siquiera pasó por la Asamblea (aunque de poco hubiera servido). Que lo estén aplicando con mayor énfasis hoy, ahora, en esta circunstancia, no es casual. Que se lo estén aplicando a tantos periodistas independientes hoy, ahora, en esta circunstancia, no es casual. Que haya periodistas independientes que hagan la denuncia pública y otros que prefieren callar implica que no sabemos exactamente a cuántos se está amenazando; pero sabemos que se está amenazando y que no son casos aislados", escribió Díaz en Twitter.
"No solo están censurando individuos, están censurando otra narrativa sobre el impacto de una pandemia en el país. Están censurando a los únicos que pueden desafiar la historia oficial. Por eso tantos, por eso ahora. Dejemos de verlos como casos aislados porque no lo son. Son, juntos, la red de voces alternativas que están contando lo que pasa con la COVID-19 en Cuba", añadió.
Una petición al Gobierno de Cuba colgada en la plataforma Avaaz, pide parar la persecución a periodistas independientes, a la libertad de expresión y a lo que publican muchos ciudadanos en sus redes sociales. La campaña, apoyada por numerosos comunicadores, califica el Decreto 370 de "Ley Mordaza para el periodismo en la isla.
El polémico artículo 68 del Decreto Ley 370 está siendo utilizado por las autoridades cubanas para consolidar el monopolio de la información oficial, no sólo sobre la pandemia de coronavirus que asola la isla, sino también sobre cualquier tema incómodo para el gobierno.
Este domingo, un artículo publicado en el diario oficialista Granma, justificó la represión con el argumento de la pandemia y llamó a no tolerar mensajes en medios o redes sociales que contradigan la versión gubernamental.
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