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La Seguridad del Estado multó con 3000 pesos en moneda nacional a la periodista independiente cubana Mónica Baró Sánchez tan solo por realizar su labor como reportera.
Baró, quien trabaja para medios como El Estornudo y Periodismo de Barrio, entre otros, anunció hace unos días que le había llegado una citación para este viernes 17 de abril, aunque antes un supuesto agente del Ministerio del Interior de Cuba (MININT) identificado como Jorge la había llamado para hablarle del encuentro.
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En el día de hoy, Mónica se personó en la estación policial, y un agente llamado El Mayor Ernesto la interrogó sobre su labor, y le hizo advertencias por casi dos horas.
"El Mayor Ernesto, casi al final de nuestro interrogatorio, lamentó mi actitud y me dejó varias advertencias de cosas que no iban a permitir en el país", cuenta Mónica.
"Yo entonces le respondí que estaba dispuesta a asumir las consecuencias de mis actos desde el momento en que decidí convertirme en periodista independiente. Ambos seguro nos agotamos mutuamente, entre el calor, las diferencias inmensas y los nasobucos. El Mayor Ernesto esperaba que yo dijera que sí, que yo estaba en un error, pero no cumplí sus expectativas", relató.
Según la periodista, el agente mandó a buscar a dos inspectores del Ministerio de Comunicaciones, que se presentaron le hablaron del Decreto Ley 370, en particular del inciso i del artículo 68, que dice que considera una contravención asociada a las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) “difundir, a través de las redes públicas de transmisión de datos, información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas”.
Por su parte, Mónica respondió que conocía ese decreto y le mostraron una carpeta con decenas de hojas con capturas de sus posts de Facebook de varios meses.
"Elaboraron la multa y un oficial me la entregó. No quise firmarla, tampoco pienso pagarla. Me explicaron que si no la pagaba se duplicaba, se triplicaba, y que la cosa podía terminar en fiscalía. Luego se fueron y el Mayor Ernesto me dijo que nos volveríamos a ver pronto. Le dije que esperaba que fuera después de la pandemia, pero me dijo que creía que no", dijo la periodista.
"Ahora estoy en casa, no sé si vendrán a decomisarme mis equipos, porque es parte de las sanciones que establece el Decreto Ley, pero estoy preparada para todo. Y no, no voy a dejar de decir o escribir lo que pienso por recibir amenazas o intentos de intimidación. No me van a callar. Simplemente no puedo dejar de ser quien soy y soy una mujer periodista libre. Libre, primero que todo. Gracias a todas las personas que me han acompañado y que han estado pendientes de esta historia, que al parecer no termina hoy", finalizó.
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