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La higienización de las calles y espacios públicos de la ciudad de Santiago de Cuba, iniciada en la barriada de Marimón, ya se extiende por otras zonas de la urbe oriental, con el propósito de frenar la propagación del coronavirus.
En los últimas días, se hicieron virales imágenes de la aplicación de agua clorada a presión en la vía más popular de la ciudad, el corredor patrimonial Las Enramadas, donde unidades de bomberos rociaron el pavimento, las fachadas, barandas, puertas y ventanas de las edificaciones puerta a calle.
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En las fotos que han circulado por internet se observa, además, que tras la aplicación del agua clorada, personas protegidas con nasobucos terminaban la faena de higienizar la arteria, utilizando escobas.
Según los epidemiólogos, la medida demostró eficacia en la eliminación de la suciedad presente, fundamentalmente, en el piso.
A partir de esta primera experiencia, se determinó que la solución de cloro sería esparcida en horas del día, cuando la incidencia de los rayos del sol fuese menos directa y así lograr una mayor efectividad.
La idea es extender la iniciativa a otras calles, parques, paradas y fachadas de lugares de afluencia de público, además de las zonas wifi, y también llegará al municipio de Contramaestre, aunque deberán seguir incorporándose otros sitios de la provincia.
Fuentes locales señalan que la solución clorada que se usa se prepara 2.5 partes por millón (2.5 ppm) y aseguran que es efectiva para eliminar gérmenes de las superficies.
El agua a presión tiene la ventaja de ser un método que ayuda a arrastrar las suciedades y mantiene un nivel de limpieza de alrededor del 90% antes de que se quede la solución clorada en las superficies.
El mismo método y solución clorada permiten, además, la limpieza de puertas, barandas, agarraderas, picaportes, pasamanos de escaleras, aunque tienen un nivel de suciedad menor, pero igual este tratamiento minimiza la carga microbiana que en ellas pudiera existir.
Las autoridades han recomendado también que en los lugares donde se apliquen higienizaciones de espacios públicos y calles, estas sean complementadas con medidas en cada hogar o institución, como los pasos podálicos y preparados para eliminar gérmenes de las manos.
El trabajo de desinfección, según han señalado fuentes oficiales, se continuaría aplicando en Santiago de Cuba mientras que se confirmen personas que tengan relación con otras también confirmadas con el virus, y que pudieran propiciar la transmisión local de la COVID-19.
Medidas como estas se hacen necesarias porque, aun con la paralización del transporte público, de especial impacto en el sector privado de la urbe cabecera, y la prohibición de la circulación de personas después de la siete de la noche, son cientos las que transitan por arterias tan populosas como Enramadas, con el peligro de que algunas sean portadoras asintomáticas de la COVID-19.
En las últimas horas, a pesar de las constantes colas en las tiendas recaudadoras de divisa, se percibe mayor presencia de las fuerzas policiales en la calle, en especial exigiendo el uso del nasobuco por los transeúntes y controlando que en los motores solo vaya el conductor, sin ningún pasajero.
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