CARACAS, 7 abr (Reuters) - La escasez de combustible en Venezuela está complicando que los médicos lleguen a sus trabajos y los deja atascados en enormes filas para repostar gasolina, en momentos en que el brote de coronavirus amenaza con abrumar a una nación con un sistema de salud que ya estaba en crisis.
El país con las mayores reservas de petróleo del mundo lleva semanas sin poder suministrar suficiente gasolina a las estaciones de servicio debido al colapso de las refinerías y a las sanciones de Estados Unidos, que limitan la importación de combustible.
El desabastecimiento de gasolina y diésel ya está paralizando la producción y distribución de alimentos y ahora amenaza con complicar el funcionamiento de los servicios de salud.
Pese a que las autoridades han prometido a los médicos y otros trabajadores del sector un acceso preferencial en las gasolineras, los profesionales de la salud hacen colas desde la medianoche para llenar sus tanques, y a veces no lo consiguen pese a las horas de espera.
"Si no estamos de guardia, estamos trasnochados para hacer la cola y probar suerte para ver si podemos comprar gasolina", dijo María Fernanda Martínez, 24 años, médico en una clínica municipal que llegó a la estación de servicio a las 4:30 am del martes.
"Tengo algunos compañeros de trabajo que no han podido llegar a sus guardias y es necesario el personal para atender a todos los que llegan, son bastantes", agregó mientras esperaba sentada en su vehículo.
Martínez tuvo que pasar por un puesto de control policial para entrar a la gasolinera, que solo permite el paso a los trabajadores de las áreas de alimentación y salud así como a algunos funcionarios del gobierno.
El Ministerio de Información no respondió de inmediato a una petición de comentario.
A la red de hospitales del sector público le faltan medicinas, equipos médicos y hasta de agua corriente, según denuncias de las organizaciones de médicos.
Venezuela ha reportado 165 casos coronavirus y siete fallecidos por la enfermedad
Maduro culpa de las fallas de suministro de combustible al efecto de las sanciones de Estados Unidos que impiden a las petroleras vender combustible a Venezuela.
Opositores y analistas señalan que la crisis de abastecimiento se debe a los años de desinversión en las refinerías y a la corrupción en el país.
Julia Borges, 51 años, bioanalista que trabaja en un hospital en Caracas, tenía el martes menos de un cuarto de tanque y llevaba dos semanas tratando de encontrar combustible.
"El hecho de que esté tantos días en la calle, hace que esté más expuesta" a la enfermedad, dijo en una vía bloqueada con autos que trataban de acceder a la estación.
Las personas "que se supone somos prioritarias, somos los que tenemos que estar pasando trabajo en la calle, no nos abastecen de gasolina", dijo.
(Reporte de Brian Ellsworth. Editado por Javier López de Lérida)
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