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Las autoridades de China decidieron levantar a partir del miércoles el cerco por cuarentena a Wuhan, epicentro del coronavirus, que fuera impuesto a esa ciudad desde el 23 de enero para intentar contener la expansión del brote.
A partir de ese día, quienes deseen marcharse de allí podrán hacerlo si demuestran estar en buen estado de salud mediante una aplicación telefónica.
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Las autoridades señalan que cualquiera que tenga un código “verde” en sus dispositivos móviles podrá salir de la ciudad. Por otro lado, ya se ha permitido salir de sus hogares a quienes habitan en complejos residenciales “libres de epidemias”, al menos durante un lapso de 2 horas.
Después de cerca de 11 semanas de confinamiento, Wuhan cambia el panorama y los vehículos se apresuran a pasar luego de que se retiran las barricadas a medianoche, relata la agencia Xinhua.
Wuhan ha registrado de pronto un aumento en el tráfico de cerca de 400.000 vehículos en el último medio mes, y se espera que la cifra llegue a 1,8 millones después del miércoles, dijo la policía de tránsito de la ciudad.
“Todavía tenemos que protegernos del virus y recordar a los pasajeros que presten atención al personal de salud porque la epidemia aún no ha terminado”, declaró Fang Jing, miembro del personal de una caseta de peaje, a la citada agencia.
También el Aeropuerto Internacional Tianhe de Wuhan empezó a reanudar los vuelos nacionales de pasajeros en las primeras horas del miércoles, a la vez que espera un registro de más de 200 llegadas y salidas durante el día.
Son, de seguro, novedades que podrían esperanzar al mundo en medio de una pandemia que hasta este lunes cuenta 1.407.123 de personas contagiadas y más de 80.000 muertes globalmente.
Aun así, el portavoz de la OMS, Christian Lindmeier, llamó este martes a que los países afectados por coronavirus -especialmente aquellos con más casos- no abandonaran las medidas y restricciones adoptadas demasiado pronto.
"Una de las cuestiones más importantes es no dejar de aplicar las medidas demasiado pronto para no tener una recaída", advirtió Lindmeier en una sesión informativa virtual.
Por su parte, el gobierno de China no reportó ninguna muerte por coronavirus este martes, algo que no había sucedido desde enero, cuando el país asiático notificó el primer fallecido por un padecimiento que fue definido, al principio, como una neumonía atípica y que más tarde la propia OMS identificaría como la COVID-19 provocado por el Sars-Cov-2.
Oficialmente, el país asiático ha reconocido oficialmente más de 3.000 muertes a causa de los padecimientos asociados al coronavirus, cerca de una cuarta parte de lo que presenta Estados Unidos en la actualidad (más de 12.000), siendo Nueva York el actual epicentro del brote.
Las cifras ofrecidas por el gobierno chino, no obstante, han sido señaladas, por ejemplo, en reportes de medios independientes, los cuales apuntan a que las cifras pueden haber sido manipuladas después de practicar actos de censura y represión contra el personal sanitario de esa nación.
Según los números que ha dado a conocer este martes la Comisión Nacional de Sanidad en China, por primera vez, el número de enfermos graves de coronavirus en ese territorio ha bajado de 200, mientras que los casos confirmados suman casi 82.000.
El llamado gigante asiático es una de las naciones con mayor extensión territorial del mundo, y también registra una de las más amplias poblaciones, al reconocer más de mil millones de habitantes. Políticamente, el partido comunista es el que ejerce más control sobre el país, fundamentalmente respecto de los medios de comunicación.
Dos de los países más golpeados por la pandemia han sido Italia y España. Entre ambas naciones donde se reportan más de 29.000 fallecidos. Actualmente, Estados Unidos informa más de 380.000 casos confirmados y de 12.000 muertes, cifras que lo ubican como el tercer país con más decesos por el brote.
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