Este sábado por la mañana atracó en el puerto de La Habana el velero Panorama trayendo consigo a 22 tripulantes, 19 de los cuales trabajaban en el crucero MSC Preziosa, quienes se encontraban fuera de Cuba cuando el gobierno decidió cerrar las fronteras para detener el avance del coronavirus.
Las autoridades de la isla realizan gestiones para retornar a otros 76 cubanos que siguen todavía en 12 cruceros por todo el mundo, informó en su página de Facebook el equipo de Naturaleza Secreta, un proyecto audiovisual de Mundo Latino.
Según relató Omar Enriques Cabrera Gómez, primer oficial del Panorama, el buque llegó a Barbados el pasado 22 de marzo. Tres días después, cuando empezaron a coordinar el vuelo de regreso a su patria, Panamá había cerrado sus fronteras y la aerolínea Copa había suspendido sus operaciones.
“El embajador de Cuba en Barbados me dijo que toda el área tenía cerradas las fronteras, que no había posibilidad; entonces la compañía decidió que seguíamos para Grecia”, rememoró.
“Pero el 26 ya se empezaron conversaciones entre la compañía y el gobierno cubano, las autoridades de SELECMAR, que es nuestra empresa empleadora, y finalmente decidieron recoger el grupo este de 19 tripulantes que estaban en el crucero MSC Preziosa, para repatriarlos para Cuba con los dos tripulantes de nuestro velero, y yo en este caso seguiría para Grecia. Pero ayer decidieron que finalmente me quedaría en La Habana porque se haría complicado el regreso”, detalló.
También Reinier Armas, tripulante del crucero MSC Preziosa, recordó que cuando la situación con el coronavirus se volvió más difícil, el barco decidió desembarcar a todos los pasajeros.
“Solo nos quedamos los tripulantes en un periodo de más o menos 10 días de cuarentena, tomando todas las medidas higiénicas para evitar el posible caso y la incertidumbre creció, porque cerraron todos los aeropuertos y no había posibilidades de cómo retornar a nuestro país”, precisó.
Por su parte, la joven Wendy Rivera Ramírez entiende el temor que puede existir con la vuelta de ella y de sus compañeros, sobre todo después de conocerse los casos de contagios de COVID-19 que han ocurrido en muchísimos cruceros alrededor del mundo.
“Es lógico que exista esta preocupación, sobre todo porque la frontera de Cuba ya está cerrada y nosotros hemos llegado en una situación excepcional; incluso salimos antes de que se anunciara el cierre”, expresó.
“Realmente no existe ningún riesgo, estuvimos el tiempo aislados para saber que no tenemos síntomas, pero aun así estamos dispuestos a respetar estos protocolos y a pasar el tiempo que sea necesario en cuarentena”, afirmó.
El pasado 1 de abril, como parte de las medidas adoptadas por el gobierno de Cuba para intentar frenar el avance del coronavirus, el primer ministro Manuel Marrero Cruz informó la decisión de solicitar la retirada, en un plazo de 48 horas, de un grupo de embarcaciones extranjeras que se encontraban en aguas territoriales, con tripulaciones y pasajeros foráneos, algunas de las cuales habían pedido incluso “basificarse, fondearse en bahías nuestras, y acercarse a las costas”.
El dirigente argumentó su decisión en que la presencia de barcos internacionales pudiera conllevar a que “ocurran situaciones que incrementen el riesgo que ya de por sí trae esta enfermedad”.
Ese día también se anunció la suspensión de los arribos de todo tipo de aeronaves que transporten personas, tanto en vuelos regulares como chárters, basado en la necesidad de “eliminar el arribo de pasajeros que siguen siendo un riesgo a la salud de las personas, tanto de los viajeros como de sus familiares”.
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