"Dispárenles a matar" es la orden que el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, emitió este miércoles contra toda persona que viole la cuarentena obligatoria en la que se encuentra el país por el coronavirus.
El mandatario aseguró que a partir de este 1 de abril, los soldados tienen luz verde para disparar a toda persona que incumpla la medida nacional, sin importar si atentan contra sus vidas.
"No dudaré, mis órdenes son: cualquier persona que cause problemas o alguna violación que ponga en peligro la vida de los demás, que la policía y los militares les disparen a matar", dijo el presidente en una emisión nacional.
"Cualquier problema o tiroteo, asesinatos, no dudaré en ordenarles a mis soldados que les disparen. No dudaré en ordenarle a la policía que los arreste y los detenga. Ahora, si están detenidos, veremos cómo consiguen su propia comida", añadió Duterte.
"Que esto sea una advertencia para todos. Siga al gobierno en este momento porque es fundamental que tengamos orden", sostuvo el mandatario.
La orden llega luego de una revuelta en una barriada pobre de la capital filipina, Manila, en la que cientos de habitantes reclamaban la ayuda económica del gobierno para poder sobrevivir a la cuarentena mientras no tienen ingresos. Los manifestantes denunciaron no haber recibido ni siquiera alimentos básicos durante el encierro obligatorio.
La revuelta fue paralizada de manera violenta por los militares y las autoridades locales aseguraron que los paquetes de comida estaban siendo distribuidos por toda la ciudad. Durante la protesta, fueron arrestadas 21 personas y acusadas del delito de manifestarse sin permiso.
Ahora, quien salga a la calle sin autorización u ocasione cualquier tipo de protesta contra el gobierno en lo que dura la cuarentena, estará jugándose la vida según la nueva orden de Duterte.
"Terminarás muerto. A cambio de causar problemas, te enviaré a la tumba", advirtió Duterte directamente a quien pretenda incumplir sus medidas.
A quienes organizan y convocan las manifestaciones, también lanzó un mensaje directo: "Izquierdistas, ustedes no son el gobierno. No anden por ahí causando problemas y disturbios porque ordenaré su detención hasta que finalice el brote".
Hace tan solo unos días, el presidente filipino logró que el Congreso le otorgara "poderes especiales" bajo la emergencia sanitaria, lo que le permite emitir órdenes, modificar presupuestos e intervenir empresas privadas sin tener que contar con el Legislativo.
Asimismo, ante la crisis económica, se promulgó una ley que incluye la provisión de 4000 millones de dólares para repartir entre 18 millones de hogares pobres del país, pero la ayuda se ha mantenido bloqueada porque el gobierno dice que todavía está elaborando "una base de datos consolidada" de los beneficiarios.
Duterte es conocido por no temblarle el pulso para ordenar a la policía que dispare a matar. En su guerra contra las drogas en el país, una de sus órdenes al jefe de la policía de la ciudad de Bacolod fue la de "eres libre de matar a todos los que estén relacionados con el narcotráfico".
Filipinas se encuentra aislada desde el 15 de marzo, y ha reportado hasta este momento 2633 casos confirmados de coronavirus y 96 fallecimientos. En los últimos días, sus cifras de infectados han estado aumentando en cientos cada día.
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