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A medida que aumentan los contagiados en Estados Unidos, el coronavirus ha empezado a golpear al personal sanitario. Diversos medios reportan esta semana diversos casos, algunos escalofriantes, de empleados de sanidad fallecidos por culpa de la epidemia.
Una técnico de mamografía y madre de un niño pequeño fue encontrada muerta por coronavirus en su casa de Georgia la semana pasada, dijeron este lunes funcionarios estatales.
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La policía descubrió a la mujer, de 42 años, durante un control de asistencia social hecho entre 12 y 16 horas después de su muerte, según el forense del condado Richard Hawk.
Las pruebas póstumas confirmaron que la mujer, que trabajaba en el Hospital Piedmont Newnan, tenía el COVID-19. Un reporte del Atlanta Journal-Constitution asegura que su hijo, que tiene 4 ó 5 años, estaba en la casa en el momento de su muerte y convivió con el cadáver.
La mujer, cuyo nombre no fue revelado, es una de las dos trabajadoras de la salud en Georgia que murieron por el virus la semana pasada, junto con una mujer de 48 años que trabajaba en un hospital. En total, el estado ha anunciado más de 2,198 casos de coronavirus, incluidas 65 muertes.
Otra mujer de 48 años que trabajaba en el Hospital Donalsonville en el suroeste de Georgia dio positivo al virus, y falleció el jueves pasado en un hospital en Tallahassee, Florida.
El personal sanitario está en la primera línea de riesgo en la lucha contra el virus, a veces sin la protección necesaria o sin poder tomar las medidas adecuadas
Este miércoles el diario New York Post denunció que en el hospital Mount Sinai West, en Nueva York, la falta de material ha obligado a las enfermeras a utilizar bolsas de basura a modo de EPI para protegerse y frenar la propagación del SARS-Cov-2.
El personal de este centro denunció la situación a través de las redes sociales. En una fotografía publicada se puede ver el paquete de bolsas de basura con las que se confeccionaron los improvisados equipos "al no haber más trajes en todo el hospital". Las mascarillas también se han agotado y las enfermeras tienen que "reutilizar las que todavía quedan disponibles".
Las enfermeras del Mount Sinai creen que ha sido precisamente la falta de suministros básicos lo que causó la muerte de su compañero Kious Kelly el pasado martes. Kelly, gerente del área de enfermería, permanecía ingresado desde el pasado 17 de marzo por Covid-19. "El hospital debería ser considerado responsable", señalaba una de las sanitarias. La hermana menor del enfermero, Marya Sherron, también piensa que se contagió en el hospital. Kelly, de 48 años, padecía asma pero "nunca pensó que el coronavirus fuera tan serio como era".
Otra de las trabajadoras aseguraba que llevan "aproximadamente un año sufriendo problemas de abastecimiento" y ahora, con la llegada del Covid-19, la situación se ha vuelto "crítica". Tanto, que incluso "se ha llegado a usar el mismo equipo de protección para atender tanto a pacientes infectados como a no infectados, ya que no había batas de repuesto".
Solo disponen de un equipo "hasta que todo esto pase", criticaba otra de las enfermeras, que han denunciado la desaparición de varios artículos como "mascarillas o gel desinfectante. La directiva del prestigioso hospital negó todas estas declaraciones y asegura estar protegiendo a toda la plantilla.
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