La canciller alemana, Angela Merkel, se encuentra en cuarentena desde que conoció que un médico con el que estuvo en contacto el pasado viernes dio positivo al coronavirus.
Según reveló Steffen Seibert, portavoz del gobierno alemán, Merkel “decidió ponerse inmediatamente en cuarentena” en su vivienda y “se someterá a una prueba en los próximos días” para saber si está infectada o no.
La jefa de gobierno de Alemania, de 65 años, continúa “adelante con sus actividades oficiales durante la cuarentena en su casa”, situada en Berlín.
Horas antes de que se diera a conocer la noticia, había presentado a su gabinete nuevas disposiciones para frenar el avance del coronavirus en el país europeo, según información de la AFP.
Una de las medidas adoptadas fue la prohibición de todas las reuniones de más de dos personas, así como el cierre de todos los restaurantes.
El pasado jueves 19 de marzo la cifra de afectados por coronavirus en Alemania era de 13.093 casos, lo que supuso un considerable aumento en muy pocas horas, de acuerdo a los datos aportados por el Centro Johns Hopkins de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de Estados Unidos.
En la llamada “locomotora europea” han fallecido hasta el momento 31 personas.
El gobierno planea destinar 40.000 millones de euros para rescatar los pequeños negocios y trabajadores autónomos en dificultades debido al colapso económico, debido al COVID-19, reportó Der Spiegel.
De esa suma, 10.000 millones de euros serán destinados a subvenciones directas, mientras que los 30.000 millones restantes serán en forma de préstamos.
Merkel definió la actual pandemia como el desafío más grave que vive Alemania “desde la Segunda Guerra Mundial”, y pronosticó que la situación “se volverá más difícil en las próximas semanas”.
El pasado 11 de marzo, cuando todavía la situación no era tan grave en Alemania, la canciller dijo que es probable que hasta el 70 por ciento de la población se contagie del coronavirus, y agregó que, como aún no existe una cura, el foco de la batalla debe centrarse en la ralentización de su propagación.
“Como el virus está ahí fuera, la población no tiene inmunidad y no existe terapia, entonces del 60 al 70 por ciento de la población se infectará”, precisó en una conferencia de prensa.
“El proceso debe enfocarse en ralentizar la propagación del virus para no sobrecargar el sistema de salud (...) Se trata de ganar tiempo”, añadió.
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