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"Nosotros no le imponemos nada al trabajador, nosotros persuadimos al trabajador. (...) Es fácil dictar ucases, lo difícil es hacer las cosas por medios políticos, por medios inteligentes.". Fidel Castro Ruz, 26 de julio de 1988.
La epidemia de coronavirus está haciendo aflorar los modos autoritarios del castrismo, donde unos burócratas al servicio de la casta verde oliva amenazan a estudiantes de Medicina con privarlos de su carrera por negarse a realizar pesquisajes masivos sin protegerse adecuadamente.
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Obligar a un grupo humano a salir a las calles, viajar en transporte público hasta los barrios asignados y cumplir una jornada laboral no remunerada de censo masivo de posibles casos de coronavirus, sin contar con los medios de protección adecuados, obedece a una lógica de poder suicida y carece de las más elementales normas de buena práctica médica.
Algunos de los participantes en esas reuniones de ordeno y mando han sacado imágenes de rectores y otras autoridades académicas forzando el cumplimiento de la penúltima tarea priorizada, con chantajes a los estudiantes que se han negado directamente a arriesgar su salud y otros que exigen actuar de manera protegida en sus incursiones en barrios y pueblos de la isla.
¿La educación no es un derecho del pueblo? Qué sentido tiene amenazar a alguien con privarlo de un derecho constitucional porque exija garantías para su salud. ¿La salud no es un derecho del pueblo? Qué sentido tiene detectar supuestos contagios, enviando a miles a entrar en contacto con posibles contagiados.
Como es habitual en estos casos de ofensiva totalitaria con algarabía simplona, el silencio de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) resulta ensordecedor, como es norma en ambas organizaciones al servicio de las peores causas anticubanas que promueve el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
Los estudiantes que protestan y se niegan a acometer una labor de riesgo sin protección son la vanguardia real del movimiento estudiantil cubano y no los plañideros tribunos de consignas genuflexas, inflamadas y estériles. Los jóvenes cubanos no deben esperar nada bueno de la FEU ni de la UJC, excepto el continuismo propagandístico que contamina sus esqueletos oportunistas.
Un ser humano puede ser buen estudiante, persona responsable, graduarse de médico y salvar vidas con profesionalidad, sin necesidad de ser castrista ni perder el tiempo en las habituales maniobras de distracción ideológica que diseñan los alabarderos del poder; no todos los castristas pueden llegar a ser buenos estudiantes, personas sensatas y graduarse de médicos para curar y salvar enfermos.
Con las reglas de juego vigentes, puede entenderse que los estudiantes que se nieguen a hacer pesquisajes masivos sin estar protegidos adecuadamente, puedan ser enviados a los peores destinos posibles para cumplir su Servicio Social, puede entenderse que sean condenados a ser médicos de familia o de policlínicos hasta su jubilación; pero no puede entenderse ni aceptarse que su carrera universitaria sea interrumpida.
Son futuros médicos sujetos al Juramento hipocrático, no a la ñoñería guevariana de ser hombre de vanguardia, sin derecho a cansarse. Formar un médico cuesta mucho dinero, un buen médico es siempre garantía saludable; un buen castrista es, sin duda, garantía de conflictos y dificultades.
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