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Una cubana se puso manos a la obra en la fabricación de nasobucos, pero ante la crisis económica que afronta habitualmente Cuba, no encontró más tela disponible que sus propias sábanas de algodón blanco.
Evangelina Navalón Ceballos es una habanera de 66 años, con habilidades como costurera y un gran sentido de humanidad. Los nasobucos que elabora los regala a sus vecinos como una medida para prevenir el avance del coronavirus.
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Están elaborados con tres capas de tela de algodón para que puedan ser lavados, hervidos y planchados a alta temperatura. De esta manera se consigue una correcta desinfección.
Evangelina explica que cada vez que estos nasobucos son usados debe ser cambiados. Este elemento es de gran importancia e implica que se deben tener varios en casa y mantener la higiene extrema, pues si se reutilizan sucios se propaga la infección.
A esta habanera y a su hija las motivó su preocupación por el destino de familiares y vecinos ante la detección de los primeros casos de coronavirus en la isla, el pasado 11 de marzo.
Se trata de tres turistas italianos, ingresados en el Instituto de Medicina Tropical, de los cuales uno se encuentra en estado de salud crítico. El hombre, de 61 años, tiene antecedentes de asma bronquial y comenzó a presentar manifestaciones clínicas de complicaciones propias de la enfermedad por coronavirus.
El Estado cubano no logra solucionar problemas de primer orden como la distribución a la población de los recursos indispensables para la protección de su salud.
La venta de mascarillas no es una medida contemplada hasta el momento. Por el contrario, se ha solicitado que las personas las elaboren en casa con sus propios medios. Sin embargo, la habilidad de la costura y las telas para hacerlas no están al alcance de todos.
El coronovirus ya se considera por la Organización Mundial de la Salud (OMS) una pandemia. Está afectando severamente a la población mundial. Este fin de semana el gobierno cubano dio un ultimátum a las empresas productoras de nasobucos que se deben distribuir al personal médico.
Quienes atenderán a la población ante los posibles casos de coronavirus que se prevén comiencen a surgir de un momento a otro, no poseen la cantidad de insumos necesarios para hacer frente a esta tarea.
El Ministerio de Industria de Cuba fijó un plazo de 6 días para que se cumplan los planes de producción de nasobuco en la empresa holguinera de confecciones textiles Yamarex.
La medida llega después de varias quejas y denuncias del personal médico cubano que carece de los insumos imprescindibles para ofrecer asistencia y de protección para sí mismos que les permita dar el servicio.
Por su parte algunos empresarios privados en Cuba han comenzado a producir su propia línea de nasobucos. Los comercializan a 3 cuc o 75 pesos cubanos. Tal es el caso de Lissy Confecciones Ca, una cuentapropista en Camagüey.
Con respecto al uso de las mascarillas la OMS considera que si no se presentan los síntomas respiratorios característicos de la COVID-19 (sobre todo, tos) o no se cuida de una persona que pueda haber contraído esta enfermedad, no es necesario llevar puesta una mascarilla clínica.
La OMS recomienda además evitar malgastar este insumo, pues se están agotando a escala mundial.
En este sentido las mascarillas de tela pueden ser una buena solución porque son reutilizables. Sin embargo, se necesitan varias cada día y de tejidos que resistan altas temperaturas, para poder proceder a su esterilización.
Las medidas frente al COVID-19 más eficaces para protegerse a uno mismo y a los demás son lavarse las manos con frecuencia, cubrirse la boca con el codo o con un pañuelo de papel al toser y mantener una distancia superior a 1 metro con las personas que tosen o estornudan.
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