Protesta antigubernamental y coronavirus agitan Santa Clara

Pequeños empresarios y primer diagnóstico de coronavirus agitan Santa Clara.

Pequeños empresarios protestan en Villa Clara este jueves © CiberCuba / Captura video Facebook
Pequeños empresarios protestan en Villa Clara este jueves Foto © CiberCuba / Captura video Facebook

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Este artículo es de hace 4 años

Los pequeños empresarios de las Candongas de las Flores y de los Framboyanes -mercados privados, cerca del hospital provincial- han agitado el panorama sociopolítico con una protesta frente a las sedes del partido comunista y el gobierno de Villa Clara, donde las autoridades sanitarias han confirmado el primer cubano infectado por coronavirus.

El disgusto de los vendedores, que llevan meses bajo el asedio de inspectores y policías, obedece a la absurda prohibición gubarnamental de impedirles importar mercancías desde el extranjero, en aparente franca contradicción con el flamante anuncio de CIMEX de habilitar una oficina para que los cubanos gestionen sus importaciones desde Panamá, Guyana, Estados Unidos y otras playas cercanas y prósperas.


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La intención del gobierno es asfixiar a los pequeños empresarios, con mayor capacidad importadora que un ciudadano común, que solo compraría en el extranjero lo que necesite para su casa y vida; mientras que los candongueros de Santa Clara importan una mayor variedad y cantidad de mercancías y, además, ofrecen desayuno, merienda, almuerzo y comida a los trabajadores del hospital aledaño, estudiantes de Medicina, pacientes ambulatorios, familiares de pacientes ingresados y transeúntes, en general.

Pero los gobernantes locales, típicos burócratas de la cadena UPC-FEEM-FEU-UJC-Machado Ventura, deben haber sido elegidos por su miopía política, a juzgar por el lío innecesario que han creado con el mayor aliviadero de tensiones sociales en la provincia, en medio de la coyuntura decretada por el villaclareño presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en octubre pasado.

Varios de los pequeños empresarios participantes en la protesta de este jueves aseguraron que las autoridades se comprometieron a autorizarlos a la importación de mercancías extranjeras y no habrían hecho alusión a un supuesto malestar oficial por la venta de medicamentos y artículos de aseo.

Pero lo más significativos de la protesta ocurrida este jueves en Santa Clara, no es solo que un grupo de cubanos haya decidido manifestarse públicamente contra el partido y el gobierno hegemónicos por decreto, sino que cuando un apurado burócrata del aparato provincial intentó invitarlos a reunirse en el interior del edificio en ese vano empeño de hurtar la realidad; los manifestantes impusieron que el diálogo fuera en la calle porque "si entramos, estamos muertos..."

Muchos cubanos no se fían de su gobierno ni del partido comunista, desconfianza que confirma la crisis de legitimidad que padece el tardocastrismo y su impotencia ante las penurias siempre crecientes de la población, que habrá visto con mucha simpatía la algarada de los candongueros porque, gracias a ellos, no viven peor aún.

El periódico "Vanguardia", órgano oficial del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Villa Clara, recuerda en su edición digital que las candongas naceron torcidas y que nadie les hizo caso hasta ahora en que las autoridades quieren poner coto a ilegalidades y se apresura en aclarar que van a continuar permitiendo la actividad privada; pero curiosamente cierra filas con el gobernador Alberto López Díaz y soslaya a la Primera Secretaria del PCC, Yudí Rodríguez Hernández.

La publicación hace un remedo del famoso "Arriba corazones" de Guido García Inclán en la Bohemia pre 1959, y azuza la venta de medicamentos y artículos de higiene personal como detonante de la actuación gubernamental contra los candongueros villaclareños, intentando presentarlos como los malos de la película, cuando ellos solo se lucran con la incapacidad gubernamental para proveer de medicamentos, aseo y otros productos a los villaclareños y cubanos en general.

Nada nuevo bajo el sol de la prensa anticubana que paga el Buró Político, que actúa siempre bajo el síndrome de Ñico Saquito en "Adiós, compay gato": Me dijo gato, el gato caza el ratón, el ratón come queso, el queso lo da la leche, la leche la da la vaca, la vaca tiene dos tarros... ¡ay, lo mato! Tonada subversiva ahora mismo en cualquier bodega cubana.

Si los cubanos acudieran a las farmacias y a las tiendas y encontraran medicamentos, jabones, champú y detergente, aunque fueran genéricos en el primer caso y marcas blancas en el segundo, ninguno pagaría un sobrecoste por lo que podría encontrar en la red de comercio estatal, incluida la neoliberal dolarizada. Salvo un detalle especial para un ser querido u ocasión relevante.

Arremeter contra merolicos e intermediarios es la vieja receta del fallecido Fidel Castro Ruz, cuando en un rapto de ira eliminó los mercados Libres Campesinos y Paralelo porque descubrió que, mientras el estaba dirigiendo la guerra de Angola, un grupo de individuos se dedicaba a construir el socialismo con métodos capitalistas. ¡Que cosas, eh!

Mientras haya escasez de casi todo, habrá trapicheos varios y a ver quien es el guapo periodista oficialista que le sugiere a un padre, madre, abuelo, abuela, marido, mujer o pareja que no compre un medicamento en el mercado negro para curar a un familiar, tras constatar que está en falta, que es el eufemismo castrista para admitir que no hay.

Como dice una veterana combatiente de la revolución cubana, tanto nos hemos deteriorado que cuando vamos al médico ya no nos mira a los ojos a ver qué nos pasa, sino a las manos a ver que llevamos.

Ha sido en Santa Clara, donde las autoridades sanitarias han informado que detectaron el primer cubano contagiado de coronavirus, una casualidad sin responsabilidad alguna para sus mediocres autoridades provinciales; pero que conforman una imagen negativa de la ciudad donde reposan los restos de Che Guevara y sus compañeros, excepto Jesús Suárez Gayol, que nunca ha sido encontrado.

El término de Candonga, viene de Angola, donde el entonces capitán Llicas, el más cómico testigo de la Causa 1 contra el General de División Arnaldo Ochoa Sánchez y el coronel Antonio de la Guardia Font, entre otros, contó como los internacionalistas cubanos candongueaban con frenesí en aquellos mercados angoleños.

A menos de 100 kilómetros de Santa Clara, en la histórica Trinidad, fueron detectados los primeros casos de Coronavirus en Cuba, siempre según la versión oficial, tres italianos hospitalizados ahora en el Instituto de Medicina Tropical de La Habana (IPK).

El periódico "Escambray", órgano oficial del Comité Provincial del PCC en Sancti spiritus, tuvo mejores reflejos informativos que "Vanguardia" y colocó en la portada de su edición digital la atención a los cubanos que estuvieron en contacto con el trío de italianos infectados, ofreciendo detalles y testimonios; tal fue el acierto que Granma reprodujo la nota del periódico espirituano.

Su homólogo de Santa Clara titula en un sumario de portada: De Cuba, Nuevo caso positivo al Nuevo Coronavirus SARS CoV-2; y no es hasta que se pincha en la nota que el lector puede leer que se trata de un villaclareño. Cualquier valor de proximidad ha sido suplantado por la servidumbre y el enjuague.

Sería deseable que además de la Primera Secretaria del Partido Comunista y del aguerrido Gobernador, fuera también sustituido el enigmático director de "Vanguardia", que se presenta a sus lectores y público en general con las siglas, F. A. Chang L.

Cuando la casta verde oliva ha decidido aplazar el juicio al artista Luis Manuel Otero Alcántara y el anuncio de la sentencia contra José Daniel Ferrer; aparecen los cuadros de Santa Clara provocando un show por cobardía política, subestimando la fuerza de la pequeña, pero activa sociedad cubana. La sociedad siempre es civil, el resto son generales y doctores, por tanto, apellidarla equivale al disparate recurrente de "logros alcanzados".

En definitiva, la protesta de este jueves en Santa Clara es otro indicio de la movilización cívica de grupos de cubanos en defensa de sus intereses y en respuesta al estado fallido que los comunistas continuistas pretenden perpetuar en Cuba para eternizarse ellos en el poder totalitario.

Algunos cincuentones padecen la tentación de dejar camino por vereda, mientras que muchos cubanos ya saben que no hay un solo camino para la prosperidad y la felicidad, sino varios que surcan la democracia, la riqueza material y la justicia social.

Villa Clara es síntoma del conflicto que enfrenta al poder con muchos cubanos descontentos.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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