Orestes Torres: Para rescatar el básquet cubano hay que pagar bien a los jugadores

Torres, uno de los mejores postes del baloncesto cubano, repasa su carrera y sugiere soluciones para elevar el nivel de ese deporte en la isla.

Orestes Torres, basquebolista cubano © Cortesía entrevistado
Orestes Torres, basquebolista cubano Foto © Cortesía entrevistado

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Este artículo es de hace 4 años

Cuando me visitó, la cuadra entera se quedó mirando a aquel muchachón de dos metros y dos centímetros, vestido con ropa deportiva. Al verlo rememoré nuestra primera entrevista, hace ya más de una década, tras un partido de Capitalinos que el casi miró desde la banca por ser muy jovencito.

Sin embargo, aquella mole humana a mí me impactó. Seguro al hablar, serena mirada de sus preciosos ojos, objetivos bien definidos en su vida, Orestes Torres pronto tomaría la cancha por asalto y se convertiría en inspiración, guía, talento … no sólo como pivot sino en el juego desde el perímetro, éste último perfeccionado con el paso de los años.


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Una cinta blanca atada en la cabeza y unos deseos tremendos de imponer su clase marcan el inicio de este chico nacido el 26 de febrero de 1987 en Manzanillo, provincia de Granma; o sea, conversamos aún festejando sus 33 años de vida.

Un placer estar aquí, volver a verte ha traído a mi mente tantos momentos vividos por los tabloncillos de todo el país y en algunos eventos internacionales. Por eso, cuando prácticamente regreso al Salvador, saqué unos minutos para charlar contigo y los lectores de Cibercuba.

Empecemos, pues, por tu momento actual. Sé que andas por la liga salvadoreña, pero ¿por qué no estás en la preselección nacional siendo tan joven?

Cuando yo regresé de mis últimos Juegos Centroamericanos y del Caribe que fueron en Barranquilla, Colombia, iniciando este ciclo olímpico, ya había sido impuesto que tanto William Granda como yo éramos baja por antigüedad.

¿Cómo por antigüedad? Conozco baja por poco rendimiento, por indisciplina pero ¿antigüedad con apenas 31 años en ese entonces?

Eso fue lo que nos dijeron. Yo prácticamente no jugué en Barranquilla, donde por cierto conquistamos el tercer lugar, una actuación buena, guiados por el experimentado Pepito Ramírez, quien viene haciendo un excelente trabajo.

Muy cierto, para mí Pepito es de los grandes técnicos del básquet cubano, tanto entre mujeres como con varones.

Y, volviendo a tu baja ¿cómo la tomaste?...

El rostro de Orestico era un poema. Cambió de postura, miró a través de la puerta abierta, su sonrisa se congeló.

Imagínate. Cuando a ti te comunican algo así sin esperarlo te haces muchas preguntas. Yo estaba en mi mejor forma deportiva pero, Dios hace las cosas, decidí no protestar; por el contrario ésa, para mí absurda decisión, me dio bríos para intensificar mi vida profesional en la liga de El Salvador, en la que estoy desde el 2015, primero por contratación de Cuba Deportes y ahora, libremente.

En estos momentos contamos con figuras de nivel en tu posición de pivot o alero pivot, pero pienso que aún podías servir de respaldo a los regulares.

Se trabaja con figuras jóvenes muy talentosas como Jaciel Rivero y Javier Justiz (éste alejado por una lesión), pero creo que aún podíamos seguir siendo útil. Pero no es nuestra la decisión.

Yo siempre he sido partidario de combinar juventud y experiencia en una selección. ¿Te imaginas a Haití y yo jugando de cambio por Rivero y Justiz? Pon tú tres, cuatro minutos por cambio; los refrescas, tú aplicas tu experiencia. ¡Ayudas!. Yo fui baja con 31 y Haití con 35. Éste ya está en los 37 pero sigue jugando en El Salvador, ahora operado, pero todavía es un posible contratado de poder recuperarse a tiempo.

Yo creo que ya el tiempo de Haití pasó con la selección. Un excelente poste pero el CUBA hora cuenta con hombres altos, capaces; tú eras más joven cuando te aplicaron lo de la edad. A pesar de todo ¿tú aún estarías dispuesto a jugar con el CUBA?

Por supuesto, pero si no me llaman…Yo mantengo las mejores relaciones con los muchachos de la preselección y su cuerpo de dirección encabezado por Pepito Ramírez. Ahora mismo, yo entrené junto a ellos; Pepito me lo permitió para estar en forma en el campeonato salvadoreño, próximo a iniciar.

Aquel comienzo en el 2015 en la liga del país centroamericano ¿cómo te fue?

Integré el equipo Denver Fas. En mi se fijaron por mi sobresaliente actuación contra Venezuela en el Pre olímpico efectuado en México, cuando anoté 16 cartones y dominé ocho rebotes. Venezuela finalmente fue el campeón y yo le jugué fácil.

O sea, por lo que me dices, te “escautieron” técnicos salvadoreños, buscadores de jugadores para su liga pero, sin que te ofendas ¿qué nivel puede tener la liga profesional de un país que no sobresale en el básquet internacional?

En El Salvador, el fútbol y el baloncesto son los deportes más populares y por eso las ligas profesionales son apoyadas, respaldadas, financiadas por empresas, entidades. No importa que a nivel internacional El Salvador no pueda imponerse en el mundo; en la nación sí se juega.

En mi debut, el certamen constó de 16 conjuntos y nosotros, el Denver Fas se tituló campeón.

En estos momentos, la liga se desarrolla con 10 equipos y se juega en dos temporadas: apertura y clausura, al igual que el fútbol. Son seis meses en total de buen básquet; es muy seguido.

¿Cuántos torneos llevas tú ya jugados?

En cinco años voy hacia mi décima temporada. Ahora jugaré con el Quezaltepeque, con el cual finalicé el año pasado; quedamos segundos y ya me renovaron el contrato.

¿A qué se debe el cambio de equipo?

¡Ah ya! Esos cambios se deben a la ley de la oferta y la demanda. En un elenco competitivo me pagan más, tengo mayores beneficios. De ahí los cambios. Yo decido pues, al no formar parte de la selección nacional, soy mi propio representante. ¡Yo decido!

He entrevistado a varios basquebolistas cubanos que juegan allá, así como al DT Rainel Panfé y coinciden que no es una liga fácil.

Allí somos varios: los defensas atacadores Lisván Valdés y Yuniskel Molina, el base Osmel Oliva y Malvin Cairo, pivot y ala pivot. Esperamos por la recuperación de Haití. En cuanto a Panfé, un entrenador muy ganador. El ha obtenido cuatro cetros, dos en la liga masculina y otros dos con las muchachas.

También hay cubanas jugando en la liga salvadoreña.

Pues sí, hasta Yaima Boulet la llevé yo a jugar allí. Ahora juegan varias, encabezadas por Arlenis Moinelo y Leydis Oquendo.

¿Cómo cualificarías tú las ligas profesionales en El Salvador?

Muchos critican y afirman que jugar allí, te atrasa, lo que no es verdad. Allí cada equipo puede admitir tres jugadores extranjeros en el caso de los varones y hasta dos en el femenino.

Enfrentas a basquebolistas estadounidenses, que siempre son buenos, boricuas, dominicanos, panameños que saben todos los elementos del deporte de las cestas. Son jugadores que desde pequeños están metidos en canchas y van progresando según la edad en múltiples competencias y con entrenamientos específicos. Tienen becas, tradición. Hasta mexicanos de la selección nacional he enfrentado yo en la liga salvadoreña.

¿A ti te ha aportado?

¡Sí, cómo no! Más disciplina, dentro y fuera del terreno de juego; he aprendido a cuidarme más físicamente para siempre estar en forma y poder mantener a mi familia con el baloncesto que ahora es mi trabajo. Son concepciones diferentes. Gracias a mi buen desempeño he podido jugar en otras ligas similares en Nicaragua y Honduras.

Siento que he crecido como padre, esposo, hijo, persona. Me siento muy bien físicamente lo que me permitirá, con apenas 33 años, extender mucho aún mi vida profesional activa.

Hablando del deporte en si ¿cuáles son las características de un buen centro?

Debes ser alto, fuerte, explosivo, inteligente; poseer saltabilidad y coordinación.

Para ti, los mejores postes cubanos.

Aunque no los vi jugar, Ruperto Herrera, bronce en los Olímpicos de Münich, Andrés Gibert, Richard Matienzo y Félix Morales, y más contemporáneos, Jean Luis Haití y Georfri “el Gato” Silvestre.

¿Qué opinas del básquet cubano actual?

Pienso que hay mucha potencia en los varones, no así entre las muchachas sobre todo por su baja talla. A los hombres les veo calidad, futuro; la cantidad de cubanos contratados en ligas foráneas es un testimonio fiel.

Es el momento de aprovechar esto, sacar beneficios para el CUBA y para ellos. Mi época no disfrutó de esta nueva e inteligente política. A los jugadores actuales les ha tocado los cambios en plena juventud, en su más plena efervescencia y es muy necesario que no se confundan.

Ellos deben entender que hay que tomar esta nueva vida con mucha seriedad y disciplina; hay algunos que no están centrados y eso es malo, muy malo.

Ahora con la división de honores entre Cuba e Islas Vírgenes en el sistema de ventanas establecido por la FIBA, clasificatorio para el Mundial del 2021, se observaron muchas deficiencias que nos llevaron a una derrota en la Ciudad Deportiva: debe mejorarse la efectividad de los tiros de campo, sobre todo desde el perímetro, y las tiradas libres. Numeritos hablan: de 32-17 en libres y de 30-2 en los triples. ¿Qué equipo puede ganar así?

En el choque de vuelta que ganamos se mejoraron todos los aspectos, a pesar de ir con sólo 10 jugadores que tenían visa.

Orestes ¿siempre fuiste basquebolista? ¿Cómo comienzas en los avatares de los balones y los cestos?

Como te dije, yo nací en Manzanillo y allí en la Escuela Primaria, el profesor Chávez me captó para el básquet. A los siete años me traen para La Habana y di mis primeros pasos organizados a esa edad en Santiago de Las Vegas con Radio Álvarez “el Yayo”, quien me enseñó el ABC de este dinámico juego.

Como Boyeros no tenía equipo jugué por el Cerro la categoría 9-10 años. Allí entrené con Yonael, que por cierto ahora entrena a mi hijo Orestico, de 10 años. Además tengo a una jovencita de 16, Rocío, ambos con mi esposa Yaima.

Perdona, pero tenía que mencionarte a mi familia que también integran mis padres y mis cuatro hermanas. Bueno, volviendo a la cancha: a los once años matriculé en la EIDE Mártires de Barbados del Cotorro y en ella integré el equipo campeón nacional en los Juegos Escolares Nacionales por cinco años.

¿Siempre fuiste alto?

No. Fíjate que entré de UNO, o sea base. Jajaja. Usualmente el pequeño es el que organiza. De ahí atravesé las cinco posiciones hasta que a los 15 dí el estirón y ya me quedé de poste.

Agradezco a todos mis entrenadores de la base, sobre todo guardo recuerdos imborrables de Jesús Hernández Goti, que fue con el que más tiempo pasé en la EIDE.

¿Cuándo asciendes al alto rendimiento?

Después de mi última participación en los Escolares (que fue el mejor de ellos para mí), soy llamado a integrar Capitalinos a la Liga Superior que esa temporada contaba de cuatro equipos: Orientales, Centrales, Occidentales y nosotros.

Fue ahí cuando nos conocimos. Recuerda que el DT era Daniel Scott. Había pasado la era de Miguelito Calderón y aquellos jugadores de lujo, los hermanos Herrera, el Oso Williams, el Helicóptero Vázquez, el Flecha Amaro, el Zorro Casanova. Cuando yo debuté las estrellas eran el Chino Labastida, Eliécer Lima, Faustiel Dubé, entre otros.

¿Cómo te recibieron?

Todos me apoyaron; el “niño grande” aprendía rápido, me aceleraron mi proceso de aprendizaje. No sabes lo que es jugar contra estrellas como Georfri Silvestre, Georvis Elias, Henry Simón, Allen “la máquina” Jemmont, Ángel Núñez. Y una vez concluida la LSB (Liga Superior de Baloncesto) integrar la selección nacional con ellos.

Director técnico que más te haya impresionado.

Jugando Ligas y en el equipo nacional fue una gran enseñanza ser dirigido por Miguelito Calderón, pero también guardo muy buenos recuerdos de Daniel Scott y Rainel Panfé, con quien obtuve mi último título con Capitalinos.

En particular Miguelito es un entrenador capaz, conocedor, le sacaba a cada jugador el zumo, avecinaba lo que iba a suceder. Su exigencia obligaba a sus hombres a exponer su mejor rendimiento en la cancha. El condujo a Capitalinos en su era dorada, que yo no viví pero que siempre disfruté.

¿En tu vida deportiva, tus principales competencias?

Entré con 18 años en el Cerro Pelado y hasta los 31 asistí a tres Juegos Centroamericanos y dos Torneos Preolímpicos, recuerda que el baloncesto tanto para Mundiales como juegos múltiples llevan una clasificación, que lamentablemente nunca obtuvimos.

Así, en citas regionales fuimos cuartos en Cartagena de Indias 2006 y Veracruz 2010, y terceros en Barranquilla 2018. En los pre Olímpicos de Mar del Plata 2011 y México 2015 no avanzamos.

Si pudieras poner sobre la cancha a tu equipo CUBA ideal ¿a quién situarías?

¿Histórico, actual o de mi tiempo?

Histórico.

DT: Miguelito Calderón; bases: Roberto Carlos Herrera y Leonardo Pérez; defensa atacador, el Ninja Caballero; alero, Lázaro Borrell; alero pivot, Andrés Gibert; y centro, Georfri Silvestre.

Por supuesto, como equipo, no como sumatoria de estrellas, me inclinaría por el que ganó el bronce olímpico.

¿Crees que algún día un seleccionado masculino cubano regrese a los predios olímpicos? ¿Qué tendremos que hacer para lograrlo?

Orestico levanta su elevada figura, da unos pasos por la sala, se recuesta en la puerta, respira. Piensa la respuesta, una respuesta madura como ya lo es él.

Hay que ir por pasos. Primero ¡importantísimo! crear condiciones en la base, desde el material de trabajo en equipamientos: balones, aros, tabloncillos hasta el potencial humano; rescatar el movimiento de activistas voluntarios, buscar entrenadores graduados. Realizar topes, como los que siempre se hicieron, inter pré, inter barrios. Poseer un respaldo económico para la alimentación y hospedaje de los atletas cuando pertenezcan al alto rendimiento.

Debe encontrarse la forma en la cual todos, dirigentes, técnicos, deportistas seamos uno solo, con un solo interés en aras de mejorar y poder retornar a planos cimeros. Que se sepa valorar a un atleta que luche por el colectivo, que no se premie la individualidad.

¿A qué te refieres? El básquet es un deporte colectivo que necesita de un líder, pero siempre será colectivo.

Y así mismo es, pero te lo digo por experiencia propia. Hay que enseñarle a los más jóvenes que, en un momento determinado por ejemplo, no hay que ir hacia el aro sino pasar el balón o hacer una pantalla. Dejar de ser un héroe, pero que el equipo gane, a eso me refiero.

Otro aspecto a tener en cuenta para que el baloncesto cubano retorne a la élite son las contrataciones: conoces otros sistemas de entrenamiento, compites, te fogueas, juegas con basquebolistas de nivel; según mejores llamas la atención de ligas mejores y vas aumentando tu clase. Aprendes a cuidarte.

Además, que puedan optar por las Cuatro Letras todos los jugadores cubanos, sin importar el motivo de su salida del país o no estén jugados contratados por Cubadeportes. Todos somos cubanos.

En relación con este tema, se vienen dando pasos pero ¿crees que aún son pasos lentos?

Sí, son lentos. Fuera del básquet ¿sabes cuántos voleibolistas y balonmanistas juegan en ligas foráneas y les impiden jugar por su bandera? aunque en el caso del balonmano ha habido adelantos. El voly tiene equipos completos de hembras y varones en el extranjero.

Mira, regreso al básquet (m): el base Reynaldo García ha jugado en Argentina y México; el defensa atacador Yorman Polás, Alemania; el ala pivot Ismael Romero, en Argentina, Puerto Rico, Israel, ha estado en campamentos de la NBC; el escolta y alero Howard Sant Roos, Rusia, Grecia, Alemania, Italia, jugador de 2 metros que ha hecho su carrera afuera. ¿Te imaginas el equipo CUBA que se hace si los dejan jugar por nosotros?

Tengo ante mí al mismo fogoso jugador que fue eje de muchas victorias por Capitalinos y concuerdo con él, pero al menos se ha avanzado con las contrataciones. Esperemos a que no se demore mucho que lo que él y tantos sueñan, se concrete.

¿Cómo recuerdas aquellos momentos contra Ciego de Ávila, que en tus tiempos fue el gran dominador de la LSB junto a ustedes?

La Liga Superior, que llegó a ser el segundo espectáculo del deporte cubano junto al béisbol (algo bien lejano ya en el tiempo) tuvo en sus inicios su mayor efervescencia con los choques Capitalinos-Orientales que enardecían las gradas; cuando debutó Orestes los duelos eran entre búfalos y los azules de la capital.

¿Duelos? Batallas campales que a veces se le iban de las manos a los árbitros, y hasta sillazos y lo que hubiera a la mano volaban por doquier. ¡Qué tiempos aquellos, qué disputas!

Yo me siento orgulloso de haber sido protagonista de aquel clásico con los avileños y haber podido obtener el cetro en par de ocasiones aunque ellos se impusieron en un mayor número de oportunidades.

Y ¿cómo se reconquistaría el espectáculo si los mejores juegan en el exterior, ya sea por su cuenta o contratados?

Difícil, muy difícil la respuesta. La situación ha cambiado diametralmente, son condiciones distintas porque por ejemplo, está por comenzar la liga en Puerto Rico y allí están todos sus jugadores. ¿Por qué? Sencillo: Les pagan. Lamentablemente los tiempos que sólo se jugaba por la camiseta ha dado paso al profesionalismo más feroz. El deporte es tu trabajo, tu forma de vida.

Cuando aquí se pague, verás cómo aumenta el nivel, nace un nuevo interés. Integras cuatro equipos, los mismos fundadores de la LSB, que aglutinen lo mejor de lo mejor, y que sean patrocinados por empresas, corporaciones, entidades; ni siquiera tienen que ser extranjeros. ¡No! Cubanos: Café Cubita, Castrol, CIMEX, CUBATUR, por ejemplo.

¿Cómo transcurre la liga en El Salvador? De esa forma. Cada jugador pone en su uniforme el emblema de la firma o empresa que lo patrocina y… todo solucionado. Pero esto no es nuevo y tú lo sabes. Lleva muchos años el deporte mundial andando bajo esas condiciones y no verlo es estar ciegos.

Oye, del tiro aparecen chicas altas que quieren jugar básquet. Ésa es la solución, y claro lo que ya te dije, rescatar la base.

Me alegro haber conversado contigo. ¿Sueños? ¿Agradecimientos?

Sí, estoy muy agradecido de la vida, de mis padres, mis maestros, mis entrenadores y compañeros pero sobre todo de mi abuelo materno Adolfo, al que le debo ser lo que soy, mis principios, mi responsabilidad, mi educación.

Orgulloso de mi situación actual, tanto en mi vida profesional como personal; feliz de haber sabido aprovechar, aunque era un veterano para Cuba, las oportunidades que aún me quedan para jugar activamente.

Estoy enfocado en darle a mis hijos un mejor futuro; sueño con que mi pequeño siga mis pasos y creo que sí, es un apasionado al deporte de las cestas.

Y, claro está, muy agradecido del Salvador y su liga profesional que me ha permitido disponer libremente de mi vida.

Este mes de marzo, el gigantón de dos metros dos centímetros y 110 kilos de pesos volverá a tomar por asalto las canchas salvadoreñas y, segura estoy, levantará de nuevo exclamaciones en la afición con sus donqueos, rebotes, triples y buena defensa. ¡Éxitos, muchos éxitos al 15 capitalino!

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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