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Una cosa es emigrar por voluntad propia a labrarte un camino en el mundo y otra muy distinta es que te arrastren como esclavo hasta tierras extranjeras.
Adeshina Obara Meyi pudo presentir lo que se avecinaba en su camino y, ante la posibilidad de una partida irreversible, se tragó el fundamento representativo de Orula para poder llevarlo consigo allá donde estuviera.
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En Nigeria empezó el camino del hombre, esclavo, religioso, padrino, babalawo que hizo la primera ceremonia de la Letra del Año en Cuba.
Ño Remigio Herrera Adeshina Obara Meyi
Antiguamente el término “ño” indicaba respeto en lenguaje coloquial, era un equivalente de “don”. Que tal tratamiento se le diera a un esclavo no era cosa usual, como tampoco lo fue el hombre de esta historia.
Adeshina nació en Nigeria, entre 1811 y 1816. Entró como esclavo a Cuba en 1830 y lo bautizaron tres años más tarde en la Iglesia de Nueva Paz, como Remigio Lucumí. Posteriormente lo vendieron a un colono esclavista en Matanzas.
Su inteligencia y habilidades de socialización le hacían destacar entre otros esclavos. Ganó la confianza de su amo que lo envió a atender los negocios en La Habana.
Remigio Herrera conoce a su padrino Ño Carlos Adé Bí
Dice un viejo refrán que cuando el alumno está preparado, el maestro aparece. Adeshina no había terminado su formación en la Osha Ifá, pero guardaba el fundamento representativo de Orula que había cargado en su propio cuerpo. Debía purificarlo y continuar su camino espiritual.
En la zona de Regla, del otro lado de la bahía habanera, conoció a un negro liberto que había ganado su independencia cambiando la suerte a sus amos. Ño Carlos Adé Bí, era un sacerdote de Ifá, hábil, inteligente y con muchas relaciones sociales.
La última habitación de una bodega, propiedad de un español que ambos conocían, la prepararon como cuarto para hacer ceremonias. Adé Bí se convirtió en padrino de Adeshina y lo ayudó a comprar su libertad hacia 1850.
Un hombre libre
Remigio Herrera Adeshina Obara Meyi se estableció en Regla como hombre libre hacia 1860. Formó una familia y trabajó duro para hacer crecer su economía y su influencia social.
En su hogar estableció el Cabildo de Yemayá que luego tuvo un local propio. Aquí Adeshina pudo transmitir a sus ahijados las cosas aprendidas de Ño Carlos Adé Bí. Poco a poco estuvieron listos y junto a ellos realizó las primeras ceremonias de la Letra del Año, aunque no se ha podido documentar la fecha de la primera ceremonia.
En el año 1902, Adeshina estaba muy débil y uno de sus ahijados dio continuidad a la tradición. Tata Gaytán asumió la responsabilidad de liderar la ceremonia de la Letra del Año, con el apoyo de otros babalawos experimentados.
Adeshina murió en La Habana, el 27 de enero de 1905. Su sucesor fue Bernardo Rojas quien, habiendo heredado las deidades mayores de su padrino, asume la dirección de la Letra del Año, tutelado por Tata Gaytán.
La foto de Remigio Herrera Adeshina Obara Meyi, en 1891, es la única que se conserva de un babalawo nativo africano en Cuba. Llegó como esclavo, pero murió como un hombre libre. Nos dejó un legado espiritual que forma parte de la cultura cubana.
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