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En medio del ardiente debate generado por el proceso de “impeachment” iniciado por los demócratas del Congreso contra el presidente Donald Trump, una curiosa idea ha comenzado a circular en redes sociales y grupos de Whatsapp hasta volverse lo que llamamos, en estos ciber tiempos, viral.
“¿Sabías que Donald Trump podría convertirse en el primer presidente de Estados Unidos en postularse para un tercer mandato, y gobernar por 12 años en lugar de 8? Si el Senado lo encuentra no culpable, su primer período no contaría (basado en una ley firmada en 1974 para proteger a Nixon antes de su renuncia) y en consecuencia podría postularse en 2020 y 2024”.
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Poco más, poco menos, así se lee en ese dato que ya ha tomado cuerpo en forma de carteles, memes y textos reposteados miles de veces en Twitter y Facebook.
Pero ¿cuánto de cierto hay en esta afirmación?
“Cero”, dijo hoy a CiberCuba el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Tampa, Orlando Segovia. “De hecho te confieso que lo he visto también, y he soltado una carcajada las dos veces que me han llamado a consultarme por esta información totalmente errónea”.
Según el académico, se trata de un bulo sin sustento alguno:
“No hay por dónde cogerlo, no puedo ni siquiera decirte que haya una partícula de verdad en esto de que Trump pueda aspirar a un tercer mandato si es declarado inocente en el Senado”, dijo Segovia, sin ocultar algo de diversión en sus palabras.
“La famosa ley creada para proteger a Nixon me encantaría que me la refirieran, porque la desconozco, y tanto mi doctorado en Princeton como tres de los diez libros que he publicado en Estados Unidos abordan cuestiones relacionadas con la Constitución”, agregó el experto.
Según él, el primer disparate es decir que Donald Trump sería el primer mandatario americano en gobernar más de dos términos.
“El demócrata Franklin Delano Roosevelt estuvo no tres, sino cuatro períodos (aunque no pudo culminar su cuarto mandato, murió un año después de ganarlo). Roosevelt estuvo en la Casa Blanca de 1933 a 1945. En 1940 decidió postularse a un tercer mandato, que ganó, y luego a un cuarto en 1944, que ganó también”.
Según la historiografía nacional, la Constitución de Estados Unidos de 1787 no establecía en su texto original ninguna restricción a la cantidad de veces que un ciudadano puede postularse a la presidencia, aunque desde los comienzos del país se observó una tradición iniciada por George Washington, primer presidente entre 1789 y 1797, de no exceder los dos mandatos.
Solo Ulysses Grant y Theodore Roosevelt intentaron -sin éxito- obtener un tercer mandato en 1880 y 1912, antes de Franklin D. Roosevelt en 1940.
“La experiencia de los cuatro mandatos de este último generó dudas tan serias en cuanto al riesgo de entronizar a cualquier dictador futuro en el poder, que en 1947 se presentó una enmienda constitucional para hacer ley la tradición de George Washington”, explica el profesor Segovia.
“El proceso se completó en 1951, cuando se alcanzó el mínimo de 36 ratificaciones entre los entonces 48 estados de la Unión, y desde entonces tiene plena vigencia la limitación a dos mandatos presidenciales, sean consecutivos o no”.
El académico dijo a CiberCuba que vale la pena dejar esto bien claro: “No existe, bajo ningún concepto o circunstancia excepcional, vericueto constitucional alguno por el cual un presidente pueda hacer que no se cuente su primer mandato. Este país no es Bolivia. Si Trump quisiera efectivamente superar este límite debería primero derogar la 22° enmienda, una variación extraordinariamente difícil y casi imposible de aprobar en tiempos tan convulsos como estos”.
De hecho, remover esa 22 enmienda ya se intentó en 1956, nueve años después de su aprobación, y luego entre 1997 y 2003. Siempre resultó un rotundo fracaso.
"Si un presidente absuelto por el Senado pudiera anular su primer mandato y postularse dos veces más, amparándose en esta ley fantasma que refieren, ¿me podrían explicar por qué Bill Clinton no lo intentó? Es muy divertido el mundo de internet", apuntó el profesor.
Así que la mejor manera para definir esa afirmación de que Trump puede aprovechar una posible absolución en el Senado para postularse dos veces más, es como un puro fake news, la expresión favorita del propio presidente Trump.
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