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Un reciente evento celebrado en La Habana abordó el tema de la violencia de género en Cuba y discutieron los términos femicidio y feminicidio, algo que las autoridades de la Isla omiten regularmente.
A propósito del tema, la directora del Cenesex, Mariela Castro, señaló que en Cuba los crímenes contra las mujeres no gozan de impunidad, pues se recogen en el Código Penal como asesinatos y cuentan con incisos que agravan las sanciones según las circunstancias en que se cometen.
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La hija de Raúl Castro afirmó que la mayoría de los gobiernos no han logrado estructurar mecanismos de atención sobre fenómenos deshumanizadores como las violencias, la prostitución, el turismo sexual, la trata y el tráfico de personas, que fueron otros de los temas tratados en el coloquio.
El simposio, celebrado entre el 2 y el 4 de diciembre en el Centro Internacional de Salud La Pradera, se propuso, además de generar consensos entre especialistas y activistas acerca de los términos mencionados, tratar también los fundamentalismos religiosos y la llamada ideología de género, con la participación de especialistas de México, Ecuador y Cuba.
El feminicidio en Cuba
Aunque desde comienzos del nuevo siglo el feminicidio fue un asunto de creciente interés internacional, Cuba continuó tratando el asunto durante muchos años como algo que sucedía fuera, en el extranjero.
Fue apenas en abril de este año que la Isla se sumó a la lista de países que abordan el tema, luego de la presentación de un informe ante la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el que las autoridades cubanas abordaron por primera vez en un evento internacional un asunto largamente silenciado por los medios oficiales y por las instituciones estatales.
El gobierno de La Habana negó durante décadas que las mujeres fueran víctimas en Cuba de la violencia de género y de muertes violentas, un fenómeno, sin embargo, cada vez más frecuente en la vida cotidiana de la Isla, según revelan las muertes de varias mujeres en los últimos años, cada vez más visibilizadas gracias al alcance conseguido por las redes sociales.
De acuerdo con el estudio presentado este año ante la CEPAL, la incidencia de feminicidios en 2016 fue de 0.99 por cada 100.000 adolescentes y mujeres cubanas de 15 años o mayores de esa edad.
Según el informe, el número de muertes de mujeres provocadas por su pareja o expareja en Cuba disminuyó entre 2013 y 2016 en un 33 %.
Cuba incluyó también en su reporte los resultados de la Encuesta Nacional de Igualdad de Género, realizada en 2016, que figura como una de las fechas más recientes en las que se ofrecen datos estadísticos en la Isla.
En los 12 meses anteriores a la encuesta de 2016, el 26.7 % de las mujeres confesaron haber sufrido violencia en el seno de la pareja y el otro 39.6 % confesaron haberla sufrido en algún momento de su vida.
Siguiendo el informe, en la última década han muerto en el país alrededor de 10 mujeres por mes por hechos violentos, casi siempre a manos de parejas o exparejas de las víctimas.
En 2014, la cifra de feminicidios se disparó a 157 y el número más bajo reportado fue en 2017, cuando hubo 130.
La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) de Cuba no publica estadísticas que permitan conocer la incidencia de feminicidios. Sin embargo, el Anuario Estadístico de Salud incluye las defunciones de mujeres por agresión sexual entre las primeras 35 causas de muerte de la población cubana.
Ante la ausencia de cobertura de los casos de feminicidios en el país por parte del gobierno y la prensa cubanos, en los últimos años las redes sociales y diferentes instituciones, colectivos, proyectos o esfuerzos ciudadanos (con carácter fundamentalmente independiente) se han pronunciado frente a casos de violencia de género y han servido de vía de denuncia para las familias de las víctimas.
Mariela Castro en el citado evento señaló que entre los planes del Gobierno cubano está el análisis de más de 50 leyes para decidir si se crea una ley integral para la atención a la violencia contra la mujer o si se incluye en otras leyes.
Sin embargo, a finales de noviembre de este año, un grupo de cubanos firmó -de forma independiente- una solicitud de ley integral contra la violencia de género en Cuba, que fue entregada a la Asamblea Nacional del Poder Popular. Lo hicieron amparados en el artículo 61 de la vigente Constitución de la República de Cuba, que afirma que las personas tienen derecho a dirigir quejas y peticiones a las autoridades y que estas están obligadas a darles respuesta.
Los firmantes de la demanda pidieron que se incluya en el cronograma legislativo (previsto para entregar hasta abril de 2020) un proyecto de Ley Integral Contra la Violencia de Género.
En su carta expusieron que, de acuerdo con la citada Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género, de 2016, la violencia de género en las relaciones de pareja es un problema relevante a escala nacional y que, como tendencia, las víctimas no buscan justicia o ayuda institucional.
Citaron los casos de Leydi Maura Pacheco Mur (2018), asesinada en Cienfuegos después de haber sido violada; Tomasa Causse Fabat (Cienfuegos, 2018) y Delia Echeverría Blanc (Santiago de Cuba, 2017), ambas asesinadas por las exparejas de sus hijas.
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