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El presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Ricardo Ronquillo, reconoció este viernes que los medios de prensa en Cuba necesitan una transformación de su gestión editorial, pues está en juego su credibilidad y su capacidad de influir en los públicos.
El funcionario subrayó que en el periodismo, como en otros ámbitos de la sociedad, se requiere un cambio de mentalidad que privilegie los temas que más interesan a la audiencia cubana, aunque admitió que no todos los medios están listos para esa transformación.
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“Hoy no podemos generar contenidos como lo hemos hecho siempre. Hemos hablado mucho del cambio, y de hecho en no pocos medios se han impulsado importantes proyectos que apuntan en esa dirección, pero no en todos los lugares hemos sido capaces de desarrollarlo”, señaló.
La desconfianza y el desinterés de la población cubana por los medios de comunicación oficiales se basa en acusaciones de que no reflejan la verdadera realidad del país, no muestran sus problemas y solo se dedican a elogiar al gobierno cubano y a criticar lo que sucede en otras sociedades.
En marzo de este año, el periodista oficialista Luis Sexto señaló en una entrevista que resulta lamentable ver a veces cómo un periódico camina por un lado y la realidad por otro; y “la gente se da cuenta porque es la que vive”, dijo.
Mientras eso sucede, la prensa independiente cubana va ganando terreno y ya se ha convertido en un referente para quienes buscan informarse del verdadero acontecer de la Isla. En octubre, la joven reportera Mónica Baró ganó el Premio Gabo 2019, que reconoce lo mejor del periodismo iberoamericano, por su reportaje La sangre nunca fue amarilla, publicado en el portal Periodismo de Barrio.
La UPEC ha acusado a estos medios alternativos de tener una línea editorial abiertamente antisocialista y alineada a las políticas de Washington contra el gobierno cubano.
Esta misma semana, el bloguero oficialista Iroel Sánchez insinuó que los periodistas independientes cubanos son unos “traidores a la patria”. Una declaración que está en consonancia con el acoso y hostigamiento que sufren aquellos que se dedican a informar sobre lo que sucede en la Isla, sin censura ni mentiras.
El mensaje de Iroel despertó un alud de críticas entre los usuarios de Internet, que le recordaron la violación de derechos humanos que tiene lugar en el país. Otros le contestaron que los periodistas “no son presidentes, ni cargos públicos del Estado, son ciudadanos”.
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