Migrante cubana en Ciudad Juárez sobre regresar a la Isla: "Sería el final de mi vida"

Dana espera en México su entrevista para solicitar asilo en Estados Unidos.

Restaurante Little Havana, donde trabajan migrantes cubanos en México (imagen de referencia) © Collage con Facebook / Little Habana
Restaurante Little Havana, donde trabajan migrantes cubanos en México (imagen de referencia) Foto © Collage con Facebook / Little Habana

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Este artículo es de hace 5 años

Una cubana que espera en la frontera entre México y Estados Unidos su entrevista para solicitar asilo en EEUU confesó al medio The Atlantic que volver a la Isla no es una opción.

"Sería mi caída, el final de mi vida", dijo Dana al periodista de la citada publicación. Su caso es uno de los miles que están a la espera de la tan ansiada entrevista.


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Sin embargo, el tiempo de Dana se hace mucho más largo porque su esposo se encuentra detenido en un centro en Louisiana y puede hablar con él pocas veces desde que fue devuelta a México, en cumplimiento del acuerdo entre la administración de Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador.

Esta cubana también estuvo detenida 44 días en Estados Unidos hasta que fue regresada a Ciudad Juárez. Allí espera pacientemente con un trabajo donde cobra 10 dólares al día en el restaurante Little Havana, Pequeña Habana en inglés.

"No dejé mi casa para estar en México", afirma esta cubana de Ciego de Ávila de donde tuvo que huir con su esposo –según cuenta– después de que la policía entrara a su casa y les decomisara ropa que vendían para ganarse un dinero extra.

"Me llamaron gusana", recuerda y fue marcada como traidora. "Los oficiales la patearon en la cara (...) y luego la encerraron en la cárcel", apunta el citado medio.

Ambos abandonaron Cuba en marzo de este año y llegaron a la frontera de México con EEUU en junio. En su trayecto pasaron por Nicaragua, fueron asaltados por la policía de Guatemala y en el sur de México fue retenida en una estación migratoria por comprar documentos falsos de inmigración.

"La comida no era apta para perros, ni siquiera para ratas. Estuve allí ocho días, y si me hubiera quedado uno más, habría muerto o me habría vuelto loca", agrega.

"Cuando llegó a Juárez, la habían robado con tanta frecuencia que llevaba los restos de su efectivo, 20 dólares, envuelto en un condón metido en la entrepierna", detalla la citada publicación.

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