Los Premios del Carnaval de La Habana 2019, dedicado a los 500 años de la fundación de la Villa de San Cristóbal de la Habana y al centenario del Bárbaro del Ritmo, Benny Moré, reconocieron los 60 años de la creación de los Guaracheros de Regla, la comparsa que recibió un Premio de Honor y el Sello Aniversario 500 de la Villa de San Cristóbal de La Habana, una ciudad cuyos carnavales distan de estar atravesando sus mejores momentos aunque de todos formas pertenecen a una de las tradiciones más antiguas y vigentes.
La Compañía Danza Teatro Villa San Cristóbal resultó el Gran Premio y ganó además los galardones que se entregan por la mejor música, ejecutada por Tambores de Bejucal, al diseño de vestuario realizado por Abraham García y Mejor Dirección artística para su líder Rafael Pérez Gil.
Los Componedores de Batea ganaron el primer premio de Comparsa Tradicional y el primer lugar de Piquetes de comparsas, además del premio al mejor personaje por el conjunto de travestis, que han desfilado todos los últimos años. Desde siempre hubo travestis, jocosos, que desfilaban vestidos de negras lavanderas, pero estos disfraces últimamente se han ampliado y mejorado.
El segundo lugar correspondió a Los Dandys de Belén, que además alcanzó el premio a la mejor coreografía, mientras que el tercer lugar lo obtuvieron Los Marqueses de Atarés. En cuanto a las Comparsas Contemporáneas el principal galardón recayó en la FEU, que también ganó el Premio de la Popularidad.
En esta edición del carnaval de La Habana fueron reconocidas las Carrozas de la Construcción, CINESOFT y Geila. La Comparsa Las Bolleras recibió mención especial del Jurado, al igual que los Guaracheritos de Regla. El dúo Íremes, de los Marqueses de Atarés y el Tata Kuñengue, de la comparsa El Alacrán recibieron menciones a los mejores personajes del carnaval.
En el carnaval participaron, en el desfile desde La Piragua hasta el Parque Maceo, más de 25 coreografías alegóricas al Bárbaro del Ritmo y a La Habana. Y respecto a la comparsa ganadora, Los componedores de batea, puede decirse que surgió en 1908, fundada por los obreros cubanos en el barrio de Cayo Hueso, La Habana. Tras sus primeras apariciones, la comparsa se desintegró, influida también por la decisión oficial de prohibir las presentaciones públicas en 1913, tras la Rebelión de los Independientes de Color.
En 1938, reaparece pero aquella experiencia duró apenas seis años, pues en 1944 la comparsa desfiló por última vez en el período anterior a la Revolución. En 1973, Roberto Villa (su director) convenció a las autoridades de Centro Habana y rearmó la agrupación con los vecinos del barrio. Ese mismo año, Los Componedores de Batea desfilan con un elenco mixto y reabren un nuevo ciclo de presencia carnavalesca. Durante 32 años, Villa dirigió la agrupación hasta que falleció en 2005.
Con casi 200 miembros que bailan al ritmo de una batería de percusionistas, la actual comparsa tiene 40 parejas de bailadores, 14 faroleros y 12 modelos que representan a las principales deidades del panteón afrocubano. En sus inicios, la comparsa estuvo formada por hombre solos, algunos de los cuales hacían la representación femenina vestidos de mujer.
Estos hombres disfrazados de mujer, representaban una historia que tenía como escenario el patio colectivo de un solar capitalino, donde una vecina le presta su batea a la otra, hasta que se rompe, se desata una riña entre ellas y tienen que buscar al batelero o componedor de bateas. Al final, todos se reconcilian, y rompe una rumba en la que se incluyen mujeres y hombres, ancianos y niños.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: