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Este lunes, aquellos cuentapropistas que no cumplan con las medidas tomadas por el Consejo de la Administración Provincial (CAP) de Cienfuegos, con respecto a los precios topados para servicios como la gastronomía o el transporte, pudieran perder su licencia.
Según aparece publicado en la edición digital del periódico 5 de Septiembre, “se ha producido la no incorporación de varias figuras del trabajo por cuenta propia, sobre todo los transportistas privados”.
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Por tal motivo, los encargados de controlar el tema en el territorio han continuado “la labor de monitoreo y observación”, básicamente para saber quiénes son los que no están realizando sus labores.
Conocer la situación, apercibirlos y persuadir es la misión de aquellos que llegan a casa de los trabajadores no estatales con la amenaza.
“En caso de persistir la negativa, se retirarán las licencias a aquellos que no deseen continuar trabajando”, indica el diario oficialista de Cienfuegos citando a María del Carmen Serra Lliraldi, vicepresidenta del CAP.
Todo esto porque algunos han decidido no acatar el Acuerdo 235/2019 del CAP, mediante el cual se topan los precios para productos y servicios más demandados por la población.
En la provincia, el Gobierno diseñó un esquema de precios para diferentes sectores. Específicamente con los transportistas establecieron las cuotas a cobrar a los clientes, teniendo en cuenta "los precios actuales del combustible, los kilómetros que recorren por cada ruta y el índice de consumo de cada vehículo".
Este anuncio la conviertió en la primera provincia del país que hizo público los precios para el transporte privado. En Santiago de Cuba intentaron hacerlo en dos ocasiones, pero los choferes se opusieron a la medida gubernamental.
Topar los precios en Cuba es en los últimos tiempos una prioridad para el Gobierno de la Isla, dado que Díaz-Canel solicitó al sector privado no subir los precios a sus servicios y productos, como respuesta al aumento salarial que se anunció para una parte del sector estatal.
Para el economista cubano Ricardo Torres, los precios topados “permiten controlar un desequilibrio a muy corto plazo, pero no son el remedio sostenible a largo plazo”, ya que, según considera, "el problema de Cuba es de producción".
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